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SANTANA, EN PIE DE GUERRA

La violencia estalla en Linares

Una veintena de heridos al cargar la policía contra los trabajadores de Santana por bloquear el tráfico de trenes

CARMEN DEL ARCO, JaénLa caldera de Linares alcanzó ayer su máxima temperatura desde que estalló el conflicto de Santana Motor. Prácticamente todo el pueblo salió por la tarde a la calle para pedir la dimisión del gobernador civil de Jaén, Joaquín Íñiguez, a quien se le hizo directo responsable de la carga policial de las 9.30 en la estación de ferrocarril Linares-Baeza.

Por la mañana, el polvorín en que se había convertido Linares estalló con violencia. Más de 300 personas, en su mayoría trabajadores de Santana, cortaron a la una de la madrugada del martes la vía del tren en la estación impidiendo el tráfico ferroviario. A las nueve y media de la mañana la policía cargó contra los trabajadores. Resultado: un trabajador herido grave que perdió un ojo por un golpe, más de 20 trabajadores heridos leves y seis policías contusionados. El trabajador de Santana Norberto Prado, de 46 años, fue ingresado en el hospital San Agustín de Linares, donde no pudieron salvarle el el ojo izquierdo.

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Los trabajadores protestaban por la intención de la multinacional japonesa Suzuki, dueña de Santana, de eliminar 1.614 de los 2.794 empleos en los centros de Linares y Guadalajara.

La tensión de la carga policial se reflejaba por la tarde en una población crispada que fue, a las cinco, a una concentración a las puertas de la factoría. Acudió todo el pueblo, y se unieron varios miles de personas de otros pueblos de la comarca. Juntos, en una avenida humana de casi cuatro kilómetros, llegaron hasta la plaza del Ayuntamiento. Allí -entre gritos contra el Gobierno central, la Junta de Andalucía y la multinacional Suzuki- los 40.000 concentrados (según la policía local) pidieron la dimisión del gobernador Íñiguez, como "responsable directo" de la carga en la estación.

El problema se fraguó en la noche del martes al miércoles, con el corte ferroviario y el desplazamiento de más de 100 policías a Linares. Por la mañana, éstos recibían la orden del Gobierno civil de dispersar a los concentrados en la vía férrea. Los policías, en bloque, se dirigieron entonces hacia la masa que impedía el paso de trenes.

Las 300 personas que se encontraban en la vía levantaron los brazos gritando: "Manos arriba, esto es un atraco". A partir de ese momento, todo fueron voces, golpes y carreras. Piedras, botes de humo y pelotas de goma entraron en acción. Los concentrados sólo tenían un camino de salida, y optaron por correr por las vías en dirección a Granada.

El comité de empresa de Santana fue el primero en pedir la dimisión de Joaquín Íñiguez. "Son gajes del oficio", contestó el gobernador al conocer estas demandas. Según él, la policía sólo pretendía defender los derechos de los ciudadanos que estaban retenidos en los 16 trenes que esperaban pasar por la estación. Añadió que entre los manifestantes se habían recogido 16 cócteles molotov y barras de hierro.

"Esto es un polvorín. Hoy ha habido un herido y es la primera víctima, pero no sabemos quién será la última", se quejaba un miembro del comité de empresa a la puerta de la fábrica mientras se concentraban los manifestantes. "Es el momento más dramático de la historia de Linares y nos estamos jugando nuestra supervivencia", añadía otro manifestante.

El Ayuntamiento de Linares, tras una reunión extraordinaria, recriminó, "con toda energía, el carácter arbitrario y brutal de las fuerzas antidisturbios", que actuaron "de forma extremadamente violenta e inesperada, sin mediar provocación alguna", y se sumó -en pleno- a la petición de dimisión de Íñiguez por "los gravísimos hechos" de la mañana. Estas afirmaciones de la corporación municipal se leyeron a los manifestantes en un comunicado desde el Ayuntamiento. Posteriormente el presidente del comité de empresa, Antonio Fernández Siles, expuso el calendario de movilizaciones para los próximos días. Entre ellas destacan el viaje de trabajadores, mañana viernes, al congreso del PSOE que se celebrará en Madrid "para trasladar al Gobierno la agonía de una región", y la huelga general en la comarca convocada para el día 22, y cuyos servicios mínimos se acordaron ayer.

Renfe estableció ayer un sistema alternativo de transporte, con autobús y AVE, ante la situación en Linares.

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