_
_
_
_
LA CRISIS DE BANESTO

Los anteriores ejecutivos de Banesto estaban sometidos a escuchas en sus despachos

Una auditoría de seguridad encargada por el equipo del presidente de Banesto, Alfredo Sáenz, reveló a mediados del pasado mes de enero que los teléfonos y despachos de las plantas 10 y 11 de la sede del banco en el paseo de la Castellana, número 7, en Madrid, estaban sometidos a escuchas. Los micrófonos normales de los teléfonos de ambas plantas, donde se concentraba el centro operativo de la entidad, con todas sus direcciones generales, tenían una derivación que permitía grabar tanto las conversaciones telefónicas como aquellas que se producían continuamente en cada uno de los despachos.

Más información
Varios ex consejeros que apoyaron a Conde contra la intervención delegan en Sáenz su voto en la junta

Esta información fue confirmada, hace algunos días, por una fuente de Banesto. Los técnicos contratados detectaron que en el edificio de la Castellana, 7, los teléfonos de los directores generales, en la planta 10, y el de los consejeros delegados del banco y de la Corporación Industrial, y de los vicepresidentes, en la planta 11, estaban manipulados.Los aparatos utilizados eran los Ibercom, conocidos en el mercado de telefonía por la dificultad que presentan para ser pinchados. Al utilizar una gran amalgama de líneas, captar solamente una exigiría la intervención de todas ellas.

Sin embargo, los técnicos creen que dichos aparatos, en el caso de Banesto, se prepararon antes de ser instalados en el banco. Al micrófono del teléfono se le acondicionó una derivación que permitía dos cosas: grabar conversaciones telefónicas y las que se producían en el despacho una vez cortada la comunicación. Los técnicos explicaron a los administradores de Banesto que este tipo de derivación es dificil de colocar en los aparatos comunes, pero que puede funcionar a partir del micrófono de teléfonos de comunicación "sin manos", por los que se habla y se escucha dejando el auricular colgado. La grabación, según informaron al banco, era continua. Otra información, recogida entre ejecutivos, añade que también se hallaron micrófonos en las rejillas de los aparatos de aire acondicionado.

En la planta 10 del edificio de Castellana, 7, se hallan los despachos del director del área corporativa e Internacional, Javier Abad, que sigue en funciones; el de banca comercial, que fueron, sucesivamente, Martín Rivas, José Manuel Zugaza y José Manuel Olarreaga; el del secretario del consejo, Ramiro Núñez; el del director general financiero, Carlos Cuervo-Arango; el del director de servicios y más tarde de medios, Fernando Garro, y la dirección general de planificación, más tarde subdirección general de tecnología y sistemas, ocupadas, primero, por Javier Molina, y después, por Julio Lage.

Asimismo, la sala de reuniones de dicha planta, que tiene entre 30 y 40 metros cuadrados, con sus teléfonos, era el despacho utilizado por los auditores e inspectores del Banco de España destinados en Banesto, que durante los últimos anos mantuvieron una presencia casi permanente en la institución.

Evitar el nerviosismo

A su vez, en la planta 11 están los despachos del presidente Mario Conde, que, tras la mudanza a la calle de Alcalá, prácticamente no era utilizado, y de los consejeros delegados del banco y de la Corporación Industrial y los vicepresidentes. Actualmente, los despachos de la planta 11 están ocupados por Alfredo Sáenz y sus adjuntos.Tras la detección de las escuchas, los técnicos aconsejaron levantar todo el cableado de ambas plantas. Los administradores expresaron su aprobación. El problema era evitar que trascendiera la información y se generase cierto nerviosismo. Para ello, un equipo integrado por Timoteo Patricio, responsable de recursos humanos; José Fonollosa, a cargo de organización, y Miguel Angel Eced, de tecnología y sistemas, montaron un operativo de 48 horas durante un fin de semana. Después de sustituir el cableado de ambas plantas, todos los aparatos fueron cambiados entre el pasado viernes 4 y el lunes 7 de marzo.

La investigación se amplió al edificio de la calle de Alcalá, donde se realizó un barrido en las plantas segunda, donde esta ba el despacho operativo de Mario Conde; el del consejero delegado, Enrique Lasarte, y los que ocupaban los vicepresidentes Ricardo Gómez-Acebo y Arturo Romaní. Al parecer se encontraron "residuos" de pinchazos en algunas líneas, pero no hubo "re sultados sorprendentes".

La auditoría detectó también, en las líneas de las plantas 10 y 11 de Castellana, 7, "residuos" de pinchazos; esto es, materiales que prueban la existencia de escuchas. Un elemento de sospecha que arrojó el seguimiento del cableado de las líneas telefónicas en las dos plantas citadas del edificio de la Castellana es que había una derivación de ellas hacia el despacho de uno de los directores generales. Se trata, según se pudo saber, del despacho del director de medios, Fernando Garro. La única conclusión preliminar que se desprende es que el control del material de las escuchas pudiera haberse hecho desde su despacho.

La fuente de Banesto, consultada sobre s! a partir de la auditoría se habla realizado una denuncia ante la policía por escuchas ilegales, respondió que no se había adoptado ninguna decisión en ese sentido.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_