Septrin o Abactrim
En la edición de EL PAÍS del pasado lunes 28 aparecía una noticia firmada por Isabel Ferrer (Leicester) en la que se hacía referencia a dos medicamentos (Septrin, de laboratorios Welcome, y Abactrim, de laboratorios Roche) que, según estudios consultados por The Sunday Times, podían ser la causa de centenares de muertes.En la edición del día siguiente, EL PAÍS publica una noticia firmada por L. A. (Madrid), en la que, basándose en fuentes del Ministerio de Sanidad y profesionales de la medicina, desmiente cualquier temor ante los dos medicamentos mencionados.
Nada tendría que objetar si el contenido de ambas informaciones se hubiese publicado en un único artículo: la noticia a partir del Sunday y su lógica contrastación con Sanidad y/o expertos en medicina. La aparición del artículo del lunes crea alarma, y la crea en algo que no es banal: la muerte. Esta alarma la pude comprobar el mismo lunes por la tarde, en la asociación donde trabajo (Afanoc, Asociació de Familiars i Amics de Nens amb Cáncer), donde recibimos gran cantidad de llamadas de madres y padres alarmados porque sus hijos, enfermos de leucemia u otros tipos de cáncer, habían estado tomando alguno de los dos medicamentos durante largos periodos de tiempo.
Si su libro de estilo prohíbe publicar rumores que no hayan sido confirmados, también tendría que prohibir la publicación de este tipo de noticias, que muchas veces son fruto de guerras comerciales entre laboratorios farmacéuticos, sin antes haberlas documentado con expertos, aun a riesgo de retrasar en un día, o los que hagan falta, su publicación.
Lo mismo sería aplicable a cualquier noticia del ámbito de la salud que pueda crear falsas expectativas entre los afectados, incluso cuando estas expectativas sean esperanzadoras.
Hay que ir con pies de plomo con estos temas: ahí no está en juego el alza de los tipos de interés, el futuro de las pensiones o la posible dimisión de un miembro del Gobierno. Ahí lo que está en juego es algo mucho más importante: la vida. Crear falsas alar mas, en un sentido u otro, es algo que hay que evitar siempre que sea posible.Trabajador voluntario de la asociación Afanoc.
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