Los guardias de la mezquita de Hebrón tenían orden de no disparar a colonos
Aunque hubiese habido guardias armados israelíes dentro de la mezquita la madrugada en la que el colono judío Baruch Goldstein comenzó a disparar contra musulmanes que oraban y mató al menos a 29 de ellos, lo único que hubiesen podido hacer habría sido ponerse a salvo y esperar a que al atacante se le acabara la munición. Nadie, salvo los palestinos desarmados, podría haber parado la matanza. La comisión que investiga la tragedia de hace dos semanas escuchó ayer estupefacta el testimonio de Meir Tayar, el comandante de la policía fronteriza de Hebrón, quien declaró que las fuerzas de seguridad israelíes tienen órdenes de no disparar jamás contra un colono, incluso cuando éste estuviera matando palestinos.
"Nuestras instrucciones son de buscar refugio, esperar que [el colono] vacíe su cargador y tratar de reducirlo físicamente. "Incluso si yo hubiese estado dentro de la mezquita, no habría podido hacer nada. Hay órdenes especiales", dijo Tayar.El juez Abdel Rahmán Zuabi, el único miembro árabe de la comisión, formada por cinco investigadores, le preguntó entonces: "¿Quiere decir que si un colono abre fuego contra musulmanes y usted lo ve no le dispararía, siquiera a las piernas?" La sorprendente respuesta fue: "Así es, de acuerdo con las instrucciones y como las entiendo". Las órdenes, agregó, fueron dadas verbalmente por el comandante de la región militar de Hebrón, el coronel Meir Jalifi.
Israel rechazó ayer una iniciativa rusa para convocar una segunda conferencia internacional en Madrid a fin de reencauzar el proceso de paz. "Nos oponemos. No es una buena idea", declaró a EL PAÍS el portavoz gubernamental Uri Dromi poco después de que Faruk Kadumi, el ministro de Exteriores de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) calificase la idea de Moscú, copatrocinador del proceso de paz, como "constructiva e interesante".
La oposición oficial de Israel echó por tierra automáticamente las esperanzas árabes de replantear la búsqueda de una solución al conflicto árabe-israelí en vista de los insuficientes avances logrados desde la conferencia de Madrid, celebrada en octubre de 1991.
Ayer, centenares de palestinos apedrearon el enclave judío en Hebrón y chocaron con la policía, una vez que el Ejército israelí levantó temporalmente el toque de queda en vigor desde el 25 de febrero. Noam Arnón, portavoz de los 450 colonos judíos que viven en cuatro asentamientos fuertemente custodiados en el corazón mismo de la ciudad, dijo que los choques se produjeron después de que líderes árabes locales lanzaran arengas violentas desde los altavoces de las mezquitas.
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