María do Carmo Jerónimo,

una brasileña que vivió como esclava a finales del siglo pasado, se convirtió el sábado en la mujer más vieja del mundo al cumplir los 123 años de edad, informó el miércoles el diario Fölha de Sáo Paulo. La anciana, que vive desde hace 3 años en la pequeña población de Itajubá, en el Estado de Minas Gerais, asegura que mantiene su salud gracias a sus visitas a la Basílica Nacional de Aparecida, la patrona de los brasileños.Si es cierta la edad que se atribuye, la anciana brasileña superaría en cuatro años a la abuela de Francia, Jeanne Calment, que el pasado 21 de febrero cumplió 119 años y está considerada la persona viva más anciana del mundo (ver EL PAÍS del pasado 22 de febrero).

"Cuidar del jardín, lavar opa y visitar la basílica es lo que más me gusta hacer y lo que me da salud", afirmó María do Carmo, que fue esclava hasta que el imperio brasileño promulgó en 1888 la Ley Áurea, que garantizaba la libertad a los negros.

La anciana, que según sus familiares sólo ha enfermado una vez en toda su vida, debe caminar tres horas todos los sábados para cubrir los tres kilómetros que la separan de Aparecida y poder asistir a la misa de las siete de la tarde en el templo dedicado a la Virgen de Fátima. La anciana vive desde que llegó a Itajubá en la casa del nieto del novelista brasileño Joaquim da Silva Bernardo Guimaraes, el autor de la obra la Esclava Isaura, que se hizo famosa al ser adaptada para la televisión y emitida en numerosos países latinoamericanos.