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"El dinero en el arte lo perturba todo"

La directora de Theo inaugura su propia galería

Con una tarjeta que no señala día ni hora -febrero-marzo, pone-, sin alharacas y como si no fuera algo suficientemente excepcional, Elvira González, que durante 27 años fue directora de la galería Theo, anuncia la apertura de su propio espacio y con su propio nombre. Y se instala apenas dos portales más allá de su primera galería, en General Castaños, 9, mirando a la plaza de la Villa de París.A escasos veinte metros de donde, hace ya veinte años, vinieron a quemarle con vitriolo la primera exposición de la Suite Vollard de Picasso, empezó a mostrar las vanguardias artísticas internacionales y a convertirse, con Juana Mordó, en la primera, ".dama del arte" de España.. Abre sus puertas con una colectiva de la vanguardia clásica, antes de exponer, en la primavera, a Esteban Vicente, y piensa que "se habla demasiado de dinero, que en el arte lo perturba todo".

"Ser galetista", dice Elvira González, "es como una religión". En su despacho hay una Toto de Kahnweyler, el legendario marchante ' de Picasso, foto que es toda una declaración de principios, y dice que tiene otra en la cabecera de su cama, "para no olvidar lo que hay que hacer".

"Ha cambiado mucho el concepto de galería: ahora parece que los más importantes son los más ricos. Para mí, un gran galerista es el que está detrás de un grupo de artistas, el que cree en un movimiento y lo apoya contra viento y marea hasta que viento y marea se ponen a favor".

"Hay pocos galeristas verdaderos ahora", dice.. Y cuando se le insunúa que ella lo es, responde: "Ventisiete años son pocos años. Los grandes de verdad han tardado cincuenta o sesenta en ser eso, grandes. A lo mejor mis hijas...".

Habla Elvira González, con entusiasmo gestero, de un sector que también en este país está muy por hacer, los coleccionistas. Y sabe de lo que habla, porque algunas más nuevas, como Amparo Bárcena, aseguran que "el coleccionismo español no existiría de no ser por Elvira González". "Hay dos clases de coleccionistas", dice. "Los que llamo maniáticos, especializados en determinado gusto o determinado tema, y los amaeurs, que les gusta un poco de todo. Los dos son imporantes".Enseñar la vanguardia

"Para una galería, los coleccionistas son fundamentales, y no sólo como clientes: también porque aportan entusiasmo, inteligencia, gusto. Evolucionan con la galería", explica Elvira González.

Por las manos de Elvira González han pasado cuadros estupendos, de los que tiene alguno en su fondo, como los que expone ahora. Juan Gris, de los años 13 y 14, Francis Bacon -con quien le unió una importante amistad-, Piet Mondrian, Picasso,,Giacometti, Julio Gonzáléz... "Desde siempre hemos intentado ir abriendo puertas a la vanguardia".

Habla, por ejemplo, de Fernando Zóbel, "un personaje bastante particular, que unía sensibilidad y conocimientos. Era un generoso anónimo y un tacaño público... Para mí fue muy enriquecedor". Y de Chillida, y de Soto.

"Pero no creas que todos son como éstos. También los hay muy impertinentes, a veces odiosos: el montaje de la exposición suele ser un momento en que se ve cómo son. Pero esas cuestiones de carácter no deben interferir en el juicio como artistas".

El cuarto hijo

Soy hija de escultor y he estado casada con un pintor, así que he tenido que prender a aceptar y comprender también la parte negativa de los artistas. No sé por qué los artistas tienen que ser egoístas, duros, egocéntricos, pero ocurre como si fuera necesario. Lo compensan en la generosidad positiva. Realmente, tratar con ellos es un privilegio. Los otros hombres deben ser lo mismo, pero más aburridos".Elvira González es también hija de bailarina profesional. Ella misma lo ha sido. "No tengo nostalgia de esa época más que a ratos. Sigo teniendo grandes amigas entre mis compañeras de entonces, y cuando nos encontramos siento que son mi verdadera familia. Me sigo sintiendo perteneciente a ese grupo

Estuvo casada con el pintor Fernando Mignoni, del que se ha separado recientemente. "Hemos tenido tres hijos juntos, y la galería, que es un hijo más. Yo he dado siempre la cara, pero la parte intelectual de Theo, la línea artística, la ha. llevado siempre él. Y no es una excepción que haya un, artista detrás de la galería. En Theo, Mignoni fue el dictador absoluto, que quiso hacer e hizo de la galería una creación".

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