Los candidatos al rectorado de Alcalá luchan contra el voto en blanco con promesas
A. GARCíA DE SOLA, Los dos candidatos al rectorado de la Universidad de Alcalá, el rector en funciones, Manuel Gala (55 años), y el decano de Derecho, Luis García San Miguel (64), están en la recta final de la campaña electoral ras pronunciar una media de tres mítines diarios en los últimos 15 días. Ambos se han reunido por separado con el personal de administración y servicios y con los profesores y alumnos de cada uno de los ocho centros de la universidad. Hoy se celebra en el aula magna de Medicina el acto de cierre de campaña, para el que se ha convocado a los 500 integrantes del claustro.
El acto empezará a las diez de la mañana y continuará todos los integrantes del austro, órgano responsable de la elección, puedan formular sus preguntas a los aspirantes al rectorado y ahuyentar así el fantasma ante el voto en blanco, el tercer candidato, según Gala y San Miguel, que provocaría un vacío de poder de varios meses.El rector que gobierne durante cuatro años tiene que ser elegido por mayoría absoluta, y si no la obtiene es obligatorio convocar un nuevo proceso electoral. Las votaciones serán el jueves a las diez de la mañana.
Estudios propios
El voto en blanco, junto a la conveniencia o no de incentivar los estudios propios, la política de formación del profesorado y el modelo de gestión de la universidad fueron los temas sobre los que preguntaron los 200 claustrales -menos de la mitad de los electores- que asistieron al anterior claustro electoral. Ambos candidatos han hecho un llamamiento a los defensores del voto en blanco para que reflexionen y opten por una de las dos candidaturas.
Gala se mostró más partidario que San Miguel de los estudios propios, vaticinando que se convertirán en las señas de identidad de cada universidad. En cuanto a la gestión, San Miguel ha hecho hincapié una y otra vez en la reforma de los estatutos y la creación de un vicerrectorado de coordinación sanitaria, medio ambiente y hospitales. Por su parte, Gala ha insistido en la continuidad del proyecto de un campus urbano.
La elección de uno u otro candidato repercutirá también en la ciudad de Alcalá (164.000 habitantes), para la que, históricamente, su universidad ha tenido mucha importancia.
En 1836 se trasladó a Madrid, y fueron los alcalaínos los que consiguieron su vuela. La Asociación de Amigos de la Universidad invitó a ala y San Miguel a un debate abierto al que asistieron comerciantes, empresarios y antiguos alumnos interesados en saber cómo iban a potenciar la integración de la universidad en la ciudad.
La recuperación por parte de la Universidad de Alcalá de gran parte de los monumentos que integran el casco histórico fue el tema protagonista. Para Gala, es esencial. Para San Miguel, dependerá de los presupuestos de que se disponga.
San Miguel defendió, sin embargo, la conveniencia de recuperar para Alcalá el patrimonio de la Complutense, e incluso se comprometió a hacer gestiones para devolver los restos del cardenal Cisneros, actualmente en la iglesia magistral, a su sepulcro en la capilla de San Ildefonso, al lado del campus.
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