Absueltos los dos médicos que extirparon un riñón sano

Los cirujanos Carlos Hernández Fernández y José María Díez Cordero, del hospital Gregorio Marañón, han sido absueltos. La acusación particular les imputaba un delito de imprudencia y de falsificación de documento público, respectivamente, por la extirpación de un riñón sano al paciente Dionisio Sánchez.La sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid considera que los médicos no se equivocaron de diagnóstico y que no extirparon el riñón sano por error, como denunciaba la acusación particular. El tribunal estima que la "solución radical [de extirpar el riñón sano] fue exigible por las circunstancias".

El fallo considera probado que el 20 de septiembre de 1990 Dionisio Sánchez debía ser operado del riñón izquierdo, donde tenía un tumor cancerígeno. Sin embargo, cuando ya había comenzado la operación, el doctor Hernández pinchó sin intención alguna la arteria que va al riñón derecho, y cuando intentaron solucionar ese desgarro observaron que no fluía sangre al riñón, por lo que tuvieron que extirparlo por completo. Los médicos descartaron el autotrasplante por existir muchos factores de riesgo (la edad, 64 años, y diabetes, entre otros).

En las primeras horas siguientes a la operación, la sala estima que "no se dio a los familiares una información exacta" sobre lo ocurrido durante la operación. Se explicaron los hechos al día siguiente, "después de una información anónima acerca de un posible error".

En la vista oral, la acusación particular modificó sus conclusiones provisionales (pedía seis años de cárcel para cada médico) y finalmente retiró la demanda contra el doctor Díez Cordero.

Sin embargo, para el doctor Hernández solicitó un año de prisión por un delito de imprudencia punible en relación con pérdida de órgano principal, así como una indemnización para Dionisio Sánchez de 25 millones de pesetas.