Escultores del cuerpo humano
Cirugía reparadora contra los estragos de tumores o accidentes
Su material no es el mármol ni su instrumento de trabajo el cincel. Ellos trabajan sobre tejidos humanos: huesos, piel, nervios y otras estructuras del cuerpo. Son los cirujanos plásticos, que no sólo operan una nariz deforme o unas cartucheras. Su labor es mucho más compleja, y las modernas técnicas quirúrgicas les permiten corregir malformaciones congénitas, reconstruir las formas perdidas por la extirpación de un tumor o borrar las secuelas de un accidente. Actúan con una doble finalidad: mejorar la estética y recuperar la función.El accidente sufrido por la actriz Paloma Hurtado, en el que recibió en plena cara el disparo fortuito del arma de un policía al caer al suelo, planteó un nuevo reto a la cirugía plástica española. Benito Vilar Sancho, que operó a la actriz, señala que esta especialidad ha evolucionado espectacularmente a lo largo de este siglo y advierte que comprende dos vertientes claramente diferenciadas y complementarias.
"La cirugía plástica", explica, "comprende la cirugía esté tica y la cirugía reparadora o reconstructiva, como la llaman en otros países europeos. La primera se ocupa fundamentalmente de la forma; todo el mundo ha oído hablar de una operación estética de nariz, de un estiramiento de piel o de una liposucción. La cirugía reparadora va más dirigida a la recuperación de la función, pero sin olvidar en ningún momento el aspecto estético".
Este experto, que está considerado como uno de los padres de la cirugía plástica española y actualmente es presidente de la Asociación Española de Cirugía Estética, se lamenta del carácter frívolo que frecuentemente se atribuye a esta especialidad. Subraya que su campo de acción es tan científico como el de cualquier otra disciplina médica.
"Nosotros", afirma, "corregimos numerosas malformaciones congénitas, principalmente craneofaciales, como el labio leporino, las fisuras del párpado y del paladar o los defectos de las orejas. También operamos los tumores cutáneos, cuidando de que quede la menor señal en la piel. Hacemos igualmente reconstrucciones de zonas del cuerpo que han sido amputadas por un tumor o borramos las secuelas de accidentes de tráfico y de cualquier índole".
Cáncer de mama
Bárbara, de 49 años y ejecutiva en una prestigiosa firma de moda, confiesa que tardó en decidir operarse tras haberse sometido a una mastectomía (amputación quirúrgica de la mama), pero los resultados de su reconstrucción mamaria la impulsan ahora a animar a todas las mujeres que hayan pasado por el difícil trance de perder un pecho como consecuencia del cáncer: "Después de bastantes meses de sufrimiento ya no veo mi cuerpo mutilado y me siento una mujer nueva".
Bárbara, que prefiere preservar su intimidad tras un nombre ficticio, considera de suma importancia en este tipo de situaciones el asesoramiento de un buen médico: "Cuando me dijeron que podía hacerme una cirugía reparadora no estaba nada animada. Me horrorizaba volver a entrar en un quirófano después de lo que había pasado. Sin embargo, la información del cirujano plástico y su ayuda me hicieron dar el paso. Y cuando te encuentras bien, apoyada por tu familia y en manos de un gran profesional, los obstáculos se vencen con facilidad. Además, sinceramente, fue mucho menos duro de lo que pensaba".
Los cirujanos insisten en la importancia de informar a los pacientes sobre los límites actuales de la medicina. María Luisa tiene 25 años, es encargada de una boutique y también prefiere cambiar su identidad. A los 18 años vio truncada su carrera de modelo ' de pasarela a causa de un grave accidente de tráfico. "Estuve varios meses en el hospital", cuenta, "y tuve que hacer mucha rehabilitación, pero conseguí andar con normalidad. Sin embargo, el accidente me pasó una buena factura: las dos piernas me quedaron marcadas para toda la vida con unas cicatrices tremendas. Fui al mejor cirujano plástico y admitió honradamente que no había nada que hacer".
Reconstrucción de las orejas
En un hospital público, como el Ramón y Cajal de Madrid, se realizan al año entre 1.500 y 1.700 operaciones reparadoras. Según el doctor Manuel Bermúdez, uno de los responsables del servicio de cirugía plástica, a este centro acuden muchos de los casos más difíciles de toda España. "Ahora estamos haciendo numerosas intervenciones en niños que nacen sin una o las dos orejas", comenta. "Generalmente se necesitan cuatro tiempos quirúrgicos para construir todo el pabellón auricular con cartílagos procedentes de las costillas, y estamos obteniendo resultados muy satisfactorios", añade.
Este especialista afirma que las malformaciones congénitas craneofaciales, y genitales, los cánceres de piel en la cara y la reconstrucción de mama suelen ser bastante gratificantes. "No ocurre tanto", aclara, "con las quemaduras y las secuelas de accidentes y de tumores, sobre todo cuando se ha producido una pérdida importante de tejido".
Los accidentes de tráfico (seguidos a distancia de los laborales y de los producidos por otras circunstancias) provocan una gran demanda de este tipo de intervenciones, según añade el doctor Antonio de la Fuente, jefe de cirugía plástica del hospital internacional Ruber de Madrid.
"Los traumatismos", indica De la Fuente, "causan con frecuencia grandes pérdidas de tejido en la cara o en las extremidades. Según la zona afectada, operamos con el cirujano maxilofacial o con el traumatólogo. Aquí la intervención del cirujano plástico desde el primer momento es fundamental para un mejor pronóstico de las secuelas. Tras reparar huesos, músculos, nervios y otrasestructuras se procede a la cobertura cutánea".
La técnica más sencilla, según Antonio de la Fuente, es el injerto. "Pero a veces", advierte, "no es viable y se debe recurrir al colgajo convencional o al trasplante de piel mediante microcirugía, y se están consiguiendo excelentes resultados".
Las quemaduras y cicatrices son otro de los grandes desafíos de esta especialidad, y su mejor o peor pronóstico depende en gran medida del tamaño y la localización. "Empleamos la técnica de los expansores", explica, "que también se aplica en la reconstrucción de. mama y que es una imitación del proceso natural de la distensión de piel que se produce en el embarazo".
Los egipcios, pioneros
Aunque se conocen reconstrucciones de nariz por mutilaciones desde la civilización egipcia, las dos guerras mundiales de este siglo constituyen el gran espaldarazo a la actual cirugía plástica. En España hay que sumar las aportaciones de la contienda civil. Los heridos de, guerra, desafiaron a los, cirujanos de entonces, y así se sembró el germen de esta especialidad. Está constituida como tal en todos los países desarrollados. En España se reconoce oficialmente a través del sistema de formación MIR (médico interno y residente). Sin embargo, los especialistas se quejan del intrusismo que sufren. ' Para Benito Vilar-Sancho, "pululan seudoclínicas que imparten cursillos de fin de semana sobre técnicas de cirugía plástica". Su colega Antonio de la Fuente agrega que también "proliferan los mensajes publicitarios, totalmente engañosos, ofreciendo las llamadas técnicas de lipoescultura y otras soluciones milagrosas sin anestesia ni ingreso hospitaliario". Los dos coinciden al afirmar que "hoy día se está abusando de la buena fe del ciudadano y del desconocimiento que se tiene sobre esta materia".
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