La Granja 'recupera' su principal teatro
Un director de cine fabrica la maqueta del antiguo coliseo Infantal Isabel
Javier Quintana no es mago y, sin embargo, fue capaz de convertir una vieja fotografía en un teatro. Partiendo de la instantánea que el niño Alfonso de Bullón Mendoza (marqués de Selvalegre) conguió en 1936, Quintana ha construido la maqueta de madera del que fuera uno de los cuatro coliseos pertenecientes a los Reales Sitios, el teatro Infanta Isabel de La Granja, desaparecido ahora hace 25 años.
El director cinematográfico Javier Quintana, de 45 años, llegó a La Granja (Segovia) por casualidad. "Estaba recopilando la historia del teatro Real de Aranjuez cuando me enteré que existía otro muy semejante en esta población de la sierra. Mi sorpresa fue mayúscula cuando descubrí que, a pesar de ser uno de los cuatro teatros de la Corona, había sido derribado impunemente en l969", recuerda Quintana.A partir de ese momento, el cineasta decidió recuperarlo e inició una investigación larga y difícil. "Al principio todo fue muy difícil. En el Ayuntamiento de La Granja no consta ninguna orden de derribo ni la fecha exacta en que se produjo. No hay fotografías ni planos. Tuve que recorrer las casas cercanas al lugar que ocupaba el teatro preguntando a la gente si tenían alguna foto vieja del coliseo", comenta.
Así encontró la fotografía que, el entonces niño Alfonso de Bullón Mendoza (marqués de Selvalegre) había hecho a su hermana a las puertas del edificio. "Es la única fotografía que existe del exterior del teatro, con excepción de algunas instantáneas aéreas hechas por el Ejército del Aire"
Con estos datos comenzó la construcción de su maqueta de madera. Tras dos años de trabajo y la consulta de cientos de textos e informes, la obra arquitectónica está ya finalizada. Sus medidas: 1,80 metros de largo por 95 centímetros de ancho y 63 de alto.
El teatro Infanta Isabel del municipio segoviano de La Granja fue uno de los cuatro coliseos construidos en los Reales Sitios, junto con el de Aranjuez, El Escorial y El Pardo. Fue levantado en 1738 por Garrofoni, secretario del marqués de Scotti, mayordomo real.
75.000 reales
Treinta años después, el teatro fue adquirido por Carlos III por la cantidad de 75.000 reales de vellón. En 1817, el inmueble sufrió un incendio importante. En 1855, con la Arnortización de Mendizábal, fue sacado a subasta y adquirido por un terrateniente de la localidad. Luego pasó por varias manos privadas, aunque siempre los reyes mantuvieron en él su platea particular. En 1900 se le dio el nombre de Teatro Infanta Isabel, en honor a La Chata. En 1920, sus dependencias dejaron los dramas en directo y comenzaron a ser utilizadas como cinematógrafo. En los años treinta, la República le cambió el nombre y le denominó Teatro María Isabel.
En 1959, la fachada del coliseo sufrió una importante transformación estética. Diez años después, el teatro Infanta Isabel fue derribado para construir sobre sus cimientos unas viviendas. "Quizás como escarnio son las casas más feas del pueblo", añade sarcástico el cineasta Javier Quintana.
El director de cine tiene previsto exponer su maqueta en dependencias oficiales y realizar un cortometraje.
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