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EL LABERINTO DE LA ADMINISTRACIÓN

"Tengo psicosis de defraudador"

Jesús Nunes pide que le operen para dejar de cobrar la incapacidad y volver a torear

Jesús Nunes tiene la sensación de ser un defraudador: "Seguramente, el señor Felipe González me volverá a acusar, como a otros trabajadores, de figurar injustamente en las listas de la Seguridad Social de bajas transitorias fraudulentas. Yo ya empiezo a tener psicosis de defraudador".La tiene. Ha escrito al presidente del Gobierno y a los líderes de los grupos parlamentarios denunciando su situación de defraudador involuntario. Una situación causada porque sus rodillas se encuentran en lista de espera en la antesala del quirófano de operaciones del hospital de Alcalá de Henares (Madrid).

Hasta quedar imposibilitado transitoriamente para ejercer de banderillero, Jesús Nunes ha corrido mucho mundo. Nació hace, 48 años en Vila Franca Xira, cerca de Lisboa. Su madre fregaba para aliviar la economía familiar y permitirle a él estudiar maestría industrial. Quiso prolongar sus estudios hasta alcanzar la ingeniería, pero su temprana fama de rojo bajo la dictadura de Oliveira Salazar y los tres años de servicio militar que imponía aquel régimen truncaron sus aspiraciones.

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Se volcó en la lucha contra la dictadura salazarista a través de organizaciones católicas obreras y un incipiente Partido Socialista Popular, que más tarde se integró en el partido que lidera Mario Soares. Nunes profesa una intensa convicción del igualitarismo entre las personas y creyó que, si abandonaba la política de partido, podría emplear sus energías, que son muchas, en la reforma agraria de su país.

Un novillo en Navalcarnero

Mientras con una mano defendía la distribución de la tierra, con la otra proponía la creación de un Ministerio de la Fiesta. Creía que ése era el instrumento adecuado para devolverla a sus orígenes, que para él no son otros que ser el primer movimiento sociopolítico reivindicativo de la humanidad. A poco que se le tire de la lengua, Nunes se explaya sin freno. Conoce la fiesta del toreo, la psicología de sus protagonistas, el reparto de los papeles sociales en la escala jerárquica del poder, los estilos de este arte tan efímero, sensual y lúdico... De todo ello escribe periódicamente en la revista taurina El Ruedo.

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En este momento le sobra tiempo para hacerlo. Ha abandonado sus actividades sindicales (fue el firmante en representación de la UGT del convenio que integró a los toreros en la Seguridad Social) y está imposibilitado para ejercer su profesión desde el pasado 11 de septiembre: un novillo le cogió en la plaza de Navalcarnero (Madrid) tras darle sendos puntazos en ambas rodillas. Desde entonces, Nunes lucha con el miura de las listas de espera en la sanidad pública.

Tras ser reconocido en la enfermería del ruedo, recibió la baja (el 13 de septiembre) y la tramitación de los papeles para que se le efectuara una exploración radiológica en el servicio de traumatología del hospital de Alcalá de Henares. "Ahí empezó el lío, porque la cita para la consulta me la dieron 27 días después del accidente". El relato de Nunes enumera una serie de desencuentros entre la administración del hospital y sus rodillas, que conducen a citas no programadas o repetidas con el mismo especialista.

Primero una y después otra

Se presentó por iniciativa propia en el hospital para que le atendieran de una vez, pero le mandaron de vuelta a casa, a la espera de ser citado por teléfono en un plazo de 48 horas, que nunca se cumplió. Ante sus protestas, los médicos intentaron hacerle un hueco, pero él lo rechazó. No quiere trato preferente ni privilegios.

El 8 de noviembre, le diagnosticaron mediante radiografías una rotura en el menisco izquierdo de la rodilla derecha y dislocaciones en ambas rodillas. Ha de ser operado, y para ello deben repetirse las pruebas para confirmar la gravedad de las lesiones. A Nunes le apuntan en lista de espera sin un plazo aproximado del tiempo que ha de permanecer pendiente de su ingreso en el quirófano.

Le dijeron: "La vía rápida para que le operen es meterse debajo de un coche. Enseguida le llevan al hospital por la puerta de urgencias". La promesa real es que no habrá lugar en el quiráfano para sus piernas hasta dentro de cuatro meses, y ahí es cuando Nunes se subleva.

"En este tiempo voy a estar cobrando la baja transitoria. Por los cálculos que hacen me operarán en verano, cuando empieza la temporada taurina; primero una pierna y después otra. En agosto y septiembre estoy paralizado, porque es cuando me operan, con lo cual, un año después del accidente empiezo la recuperación, cuatro, meses por cada pierna. Y mientras sin poder ejercer mi actividad y aportar pan a mi familia... cobrando 49.000 pesetas por incapacidad transitoria... Demencial".

Los lectores que deseen exponer sus casos pueden enviarlos a El laberinto. Sección España. EL PAÍS. Miguel Yuste, 40. 28037 Madrid.

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