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Entrevista:

"La familia es hoy un resorte frente al paro"

Gabriela Cañas

La primacía de la sociedad civil. Así se llama el último libro publicado por Víctor Pérez Díaz (Madrid, 1938), doctor en Sociología por Harvard, catedrático de la Complutense y ex director de investigaciones sociológicas para diversas instituciones. Además de investigar sobre la sociedad civil, ha publicado libros sobre la moral marxista, la clase obrera y la estructura social del campo.Pregunta. No se explica muy bien el hecho de que usted hable de la primacía de la sociedad civil en detrimento de la influencia del Estado en un país que en los diez últimos años ha engrosado su aparato burocrático con 240.000 funcionarios más [de 1982 a 1991].

Respuesta. Cuando hablo de primacía de sociedad civil hablo de países occidentales que van hacia un sistema sociopolítico donde los gobiernos tienen responsabilidades importantes, pero limitadas; tienden a ceder protagonismo en la solución de los problemas de la colectividad a instituciones. Creo que esa tendencia es buena porque el ideal de una comunidad de gentes libres pasa porque asuman responsabilidades directamente y pasa por la activación de su capacidad como ciudadanos. El Estado debe limitarse a regular y estimular que la sociedad tome esas iniciativas; no debe intervenir constantemente.

P. ¿Cree que existe esta tendencia también en España?

R. Pues no estoy tan seguro. Creo que es una posibilidad histórica. Después del Estado autoritario, la Administración ha aumentado en tamaño, pero eso no significa que predomine tanto como antes. El Estado franquista era más débil en cierto sentido -menos gentes y menor participación en- el PIB- Sin embargo, su protagonismo en la sociedad, en la regulación de la vida, era mucho mayor. La Democracia liberal reduce sustancialmente la importancia cualitativa del Estado. El hecho de introducir transparencia en la vida política introduce también opinión pública en la actuación del Estado y, por lo tanto, reduce el poder de éste. Y veo que esta opinión tiene un potencial de crecer.

P. ¿Influye en el desarrollo de la sociedad civil el hecho de que un Gobierno realice intervenciones como la de Banesto o se pida para la PSV?

R. La sociedad española tiene un dilema: quiere ser una sociedad libre, flexible y con riesgos y quiere ser una sociedad a la defensiva, corporativa, subsidiada y defendida por el Estado protector. La gente se siente amenazada y confusa porque quiere cosas contradictorias. Ese es un dilema que sufre toda sociedad en el proceso de convertirse en una sociedad moderna y abierta.

P. Dice en su libro que la gente comprendió que el Estado de bienestar era el que mejor afrontaba el crecimiento económico. ¿Entonces, la crisis está poniendo realmente en peligro el Estado de bienestar?

R. El Estado no puede crecer más económicamente. Hay un consenso de que hay que poner límite al gasto público. Yo creo que se está yendo hacia un sistema en el que hay un componente estatal y un componente social. Lo estatal va a quedar reducido a una. parte y lo social va a crecer. Es el tema de la pensiones: una parte va a estar garantizada por el Estado -una parte básica- y más allá de eso va a ser la sociedad misma la que resuelva ese problema. Algo parecido pasará en la Educación o en la Sanidad. Vamos hacia un sistema flexible de bienestar. Habrá que perder de vista ese Estado protector que te sigue desde la cuna. Ni puede, ni debe.

P. Por un lado ese sistema parece saludable, pero también fomentará la insolidaridad.

R. Depende. De todas formas, la solidaridad en la que estamos no suele ser la que ejercemos personalmente unos con otros, sino que es una solidaridad que se instrumentaliza a través de un aparatado impersonal, el Estado.

P. ¿Cómo explica un sociólogo que un país con 3.600.000 parados no se haya levantado ya en armas?

R. En general creo que no hay una revolución en primer lugar por mi teoría de las cuatro esquinas, porque hay gente que se mueve entre el empleo fijo, el empleo parcial, la economía sumergida y el subsidio. Y entre esas cuatro situaciones, cambiando de una esquina a otra, va saliendo adelante. En segundo lugar, la razón es la familia. Habría que decir algo así como que "la familia unida jamás será vencida" [sonríe], y que hay que hacer un canto a la familia española. ¿Cómo se puede explicar el fenómeno si no? La familia se convierte en un resorte de seguridad y estabilidad importantísima. Los padres ya no son tan autoritarios y hay unas cordiales situaciones de acomodo. No parece que se generen graves conflictos en su seno.

P. Bien por el paro, bien por el envejecimiento de la población, los jóvenes tienen unas negras expectativas.

R. Eso es lo grave: la pérdida de la ambición, la pérdida del interés por hacer cosas importantes. Es terrible si esto no entra en el vocabulario de la gente joven. A lo mejor me equivoco, pero los jóvenes son las víctimas principales de este sistema de "ir tirando".

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Sobre la firma

Gabriela Cañas
Llegó a EL PAIS en 1981 y ha sido jefa de Madrid y Sociedad y corresponsal en Bruselas y París. Ha presidido la Agencia EFE entre 2020 y 2023. El periodismo y la igualdad son sus prioridades.

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