Los dos máximos dirigentes del FIS han sido trasladados a casa, según un diario argelino
Abasi Madani, presidente del Frente Islámico de Salvación (FIS), y Alí Belhadj, vicepresidente del movimiento integrista musulmán ilegalizado por el régimen de Argel en febrero de 1992, han sido trasladados desde la prisión militar de Blida, al sur de la capital, a sus propios domicilios como un paso previo a su inminente amnistía, según informaciones difundidas ayer por del diario argelino Liberté.Madani y Belliadj permanecían recluidos en Blida desde julio de 1992 junto a otros cinco miembros de la cúpula del FIS, condenados a una pena de 12 años de prisión, acusados de fomentar la insurrección.
Liberté, un diario conservador y no precisamente proclive al diálogo nacional, asegura que ambos dirigentes se encuentran recluidos en sus domicilios, pero la agencia oficial APS no ha difundido ninguna información al respecto.
El pasado martes, el régimen argelino liberó, en un gesto sin precedentes, a dos importantes lugartenientes de Madani. Alí Yedi y Abdelkader Bujamjam, que también permanecía retenidos en el penal de Blida.
Liamin Zerual, el nuevo jefe de Estado argelino, ha reiterado desde su llegada al poder, el pasado 31 de enero, su disposición a abrir un diálogo nacional con "todos los hijos de Argelia" para intentar detener la espiral de violencia en que se haya sumido el país magrebí.
La liberación de Yedi y Bujamjam fue muy bien recibida por la prensa nacional argelina, que calificó el gesto como un primer paso hacia una "solución política real".
La posibilidad de aislar a los sectores integristas más radicales, agrupados en torno a los Grupos Islámicos Armados (GIA), que han renunciado a toda posibilidad de negociación con el régimen, cobraría cuerpos se confirmaran las nuevas medidas de gracia adoptadas por el presidente Zerual.
Matanza en Tiaret
Sin embargo, el goteo diario de víctimas no se detiene. El diario argelino Le Matin informaba ayer de que un antiguo combatiente de la, guerra de Argelia abatió a tiros con su escopeta de caza a seis presuntos radicales musulmanes que le exigieron que les entregara alimentos. Los hechos ocurrieron en la región montañosa de Tiaret, al oeste de la capital.
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