Kohl baja a la arena

Nada sienta mejor al canciller Kohl que la adversidad: a ocho meses de una cita electoral decisiva, su determinación para conquistar un cuarto mandato no se ve quebrantada ni por los sondeos desastrosos para su partido ni por la popularidad insolente de su principal adversario, el socialdemócrata Rudolf Scharping. Su discurso de apertura del congreso de la CDU ( ... ) ha sido la señal de movilización para los militantes, víctimas hasta entonces de la duda y la apatía. ( ... ) Las primeras escaramuzas de este año electoral revelan, por otra parte, un aspecto de la estrategia de la CDU: se trata de presentar a Kohl como un hombre situado por méritos históricos en un plano de igualdad con los mas grandes dirigentes del mundo y de vilipendiar a sus adversarios directos, calificados de "políticos provincianos" y sospechosos de haber mantenido en el pasado relaciones ambiguas con los dirigentes de la RDA. ( ... )Disponer a la CDU en orden de batalla es una condición necesaria, pero no suficiente, para asegurar el mantenimiento en el poder de la actual coalición compuesta por cristiano-demócratas, liberales del FDP y socialcristianos bávaros. El FDP ha perdido con la retirada de Genscher una poderosa locomotora electoral ( ... ), y los bávarós ( ... ), gran parte de la influencia que tenían en tiempos de Franz-Josef Strauss. En el que será quizá su último combate político, Helmut Kohl sólo podrá contar consigo mismo. Pero esto ya es mucho.

, 23 de febrero