La 'reina de los bandidos', en libertad
Los desheredados de la India celebran el indulto de la mujer que mató a 22 hombres de casta superior
Una joven analfabeta hindú de casta inferior pasó hace 13 años a ocupar un lugar destacado entre las muchas leyendas de bandidos que tachonan los inabarcables caminos de la gran India. Su hazaña fue la matanza de 22 hombres en un aislado pueblo en el centro del subcontinente. Desde aquel día, el 14 de febrero de 1981, se convirtió en la reina de los bandidos, y aunque la Corte Suprema de la India ordenó el pasado viernes su liberación después de 11 años de haberla mantenido en prisión sin juicio, su historia es ya una mezcla entre el mito y la realidad.Los hombres de la aldea de Behmai, pertenecientes a una casta superior de propietarios de la tierra, los Tajur, fueron obligados a alinearse a lo largo de la ribera arenosa de un río y acribillados a balazos. De ellos, 22 no sobrevivieron al fusilamiento. Dice la leyenda que Fulan Devi, que en aquel entonces no pasaba de los 20 años, quiso vengar la muerte de su amante y la violación colectiva de la que fue víctima a manos de los después asesinados. Ella siempre gritó su inocencia.
El asunto removió las entrañas de una región en la que los Tajur ejercían una gran influencia política. En los dos años siguientes, al mando de un grupo de hombres, Fulan Devi recorrió la accidentada región de Chambal,. saqueó pueblos y llevó una dura y azarosa vida con todas las fuerzas policiales pisándole los talones. Esta región, entre los Estados de Madhya Pradesh y Uttar Pradesh, es, desde el siglo XII, el refugio favorito de los bandidos y los rebeldes.
Una de sus biógrafas, la india Mala Sen, explica en parte la actitud de Devi como una reacción al injusto sistema de castas y por su matrimonio indeseado con un hombre 30 años mayor que ella. Desde la matanza, Devi se convirtió en una heroína para muchos miembros de las castas inferiores, de forma que algunas formaciones políticas quisieron aprovechar el tirón de su fama entre los desheredados e intentaron presentarla como candidata a las elecciones regionales celebradas en el país el pasa
do noviembre.Devi, cuya historia ha sido recreada en el prolífico cine de India y en novelas [acaba de aparecer en España Devi, de Irène Frain (Planeta-Seix Barral)] , se rindió en 1983. Ya era una figura legendaria. Miles de campesinos acudieron a la ceremonia de su rendición, junto al jefe del Gobierno regional de Madhya Pradesh, Aryun Singh, uno de los principales dirigentes del Partido del Congreso, entonces en el poder, que se desplazó personalmente para la ocasión. Vestida con un uniforme caqui, con una amplia cartuchera repleta de munición rodeando su pecho y la frente ceñida por una banda roja, Devi -considerada por algunos como la encarnación de la diosa Kali-, depositó su fusil a los pies de una imagen de la divinidad hindú de la destrucción. Mientras los Tajur, que de aquélla juraron venganza, no ocultan la cólera ante la amnistía otorgada por el jefe del Gobierno regional de Uttar Pradesh, la corte Suprema ha asignado protección policial para Devi. Pequeña, con una sonrisa reservada y un tanto tímida, la mujer de ahora se parece muy poco a la joven y agresiva guerrera de aquella ceremonia. "Puede ser una asesina sin piedad, una actriz consumada o una verdadera víctima", especulaba recientemente uno de los pocos periodistas a los que alguna vez concedió una entrevista.
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