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Domar el cuerpo después de los 60

La práctica regular de gimnasia en la tercera edad ayuda a prevenir la osteoporosis y las depresiones

Julia tiene 78 años, el pelo blanco y la cara sonriente llena de arrugas; con el tiempo ha ido dejando en el camino sus fuertes dolores de espalda y sus depresiones. Y no es que para ella el reloj corra hacia atrás, sino que la gimnasia que lleva años practicando en un centro de día para válidos del Inserso en Madrid ha obrado milagros. Es la más veterana de sus compañeras, pero no la más vieja: Serafina la aventaja en dos años. Las dos han comprobado que el ejercicio físico regular en la tercera edad ayuda a prevenir enfermedades como la osteoporosis y evita la aparición de depresiones.Julia y Serafina no renuncian a sus faldas (aunque a veces se pongan debajo un pantalón), sin que ello les impida esforzarse, como la que más, en hacer rotaciones de cuello, hombros, brazos... Todas sus colegas, algunas con chándal otras con los labios pintados, confiesan haberse convertido en adictas a la tabla de gimnasia que una vez a la semana les dirige, el ATS del centro, Fermín Moratinos; desde que la siguen apenas se acuerdan de lo que un día las hizo enfrentarse a los primeros ejercicios físicos de su vida (la rehabilitación de una trombosis cerebral, de una fractura) y aseguran sentirse mucho más animadas.

Moratinos, con dos décadas de práctica en desoxidar cuerpos de más de 60 años, se siente premiado con el éxito de su labor; cuando llegó al centro había 15 personas en rehabilitación, y ya hay más de 60. Este especialista distingue entre rehabilitación y gimnasia: "No es un servicio de rehabilitación completo como el que ofrece un hospital, es sólo para no atascarse. La gimnasia sirve además como complemento. Todos los que vienen a hacer rehabilitación traen un volante de su médico aconsejando el tipo conveniente de ejercicios y especificando si después pueden hacer gimnasia de mantenimiento".

También hay quien únicamente hace gimnasia. En las fichas de cada deportista, más que dolencias concretas, se refleja "la pluripatología clásica de la tercera edad", según Moratinos. "El que no padece del corazón tiene artrosis, reúma, obesidad o problemas de próstata si son varones. Todos tienen motivos, y si no los tienen, mejor, porque haciendo gimnasia los previenen".

"Músculo y articulación que no se mueve, músculo y articulación que se atrofia", dice Moratinos. "Pasa con la artrosis: si no se mueve, más dolor; si más dolor, menos se mueve y más artrosis. Es un círculo vicioso". Su tabla de ejercicios es muy simple. "Está adaptada a la tercera edad, pero movemos desde la punta de los pelos hasta los dedos de los pies, dentro de un orden", explica.

Teresa Alarcón, médica adjunta de geriatría en el hospital de la Cruz Roja en Madrid, se muestra de acuerdo con Moratinos en que, "aunque no se padezca ninguna dolencia específica, la gimnasia de mantenimiento es muy saludable, previene tanto el deterioro físico como la aparición de depresiones causadas por el aislamiento social que sufren los mayores".Prevenir la osteoporosis

Para esta doctora es especialmente importante la prevención de la osteoporosis, la pérdida de densidad ósea que incrementa la fragilidad de los huesos predisponiéndolos a las fracturas: "La inmovilización produce descalcificación en los huesos, incluso en jóvenes que hayan tenido fracturas. La mejor forma de prevenirlo es hacer ejercicio y realizar una alimentación adecuada".

Respecto al reúma y las artrosis, Teresa Alarcán matiza: "Si la enfermedad ya está ahí, no se puede eliminar, pero con la gimnasia se frena su evolución: se mantiene el peso adecuado, aliviando la carga sobre las articulaciones, y se evita la anquilosis".

Fermín Moratinos diseñó una tabla, patentada bajo el nombre de Puerta de la Vida, a la que acopló fragmentos de tela con distintos tipos de botones, enganches, picaportes y cerraduras para que los enfermos practicaran. "Muchas de las actividades cotidianas más sencinas les resultan muy dificiles de realizar", comenta Moratinos, "y eso puede tener solución".

Respecto al ejercicio al aire libre, se desaconsejan los deportes muy competitivos. "Andar no tiene contraindicaciones. Si usted no lo hace, no busque excusas, es, simplemente, porque no quiere", insiste Moratinos.

Ni lycra ni espejos

En el gimnasio del centro de día del Inserso de la madrileña calle de Sagasta no hay paredes de espejo, ni música para marcar el ritmo, ni brillantes mallas de lycra; salvo honrosas excepciones, tampoco hay hombres. ¿Qué pasa, es que ellos llegan a los 70 ágiles como a los 20? "No es que no necesiten hacer ejercicio, es que son más vagos y a veces les da vergüenza", comenta Fermín Moratinos, ATS del centro. Las mujeres, que han descubierto las bondades del ejercicio, lo tienen claro: "¡Ellos se lo pierden!" desafían.La tabla de gimnasia que real una vez a la semana empieza por el cuello y va bajando hacia los tobillos; flexiones con balones que se pasan unas a otras, estiramientos de columna con fragmentos de cuerda, etcétera. Los expertos insisten en que muchos de los ejercicios pueden hacerse incluso sentados, "así que no vale buscar la excusa de la falta de espacio", dice Moratinos. Sin embargo, la falta de sitio es precisamente la única queja de las ginmastas de Sagasta: sólo caben 12 en la gala, y eso obliga a confeccionar rigurosas listas de asistencia. "A nuestra edad no basta con una vez a la semana para mantenerse en forma", afirman. Ellas, que nunca antes se habían planteado "ésto del deporte", esperan que la generación joven actual sea más consciente de la necesidad de mover el cuerpo.

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