El juez fue más eficaz que la Guardia Civil al localizar víctimas

La Guardia Civil tardó una hora y media en contactar con el juez de Vigo Celso Rodríguez Padrón, tras la matanza ocurrida el pasado día 1 en Nigrán (Pontevedra), según reconoce el teniente coronel José Luis Gómez Aparisi en un informe confidencial dirigido al gobernador civil de Pontevedra, Jorge Parada. En realidad, fue el juez quien telefoneó a la Guardia Civil y no a la inversa, como es preceptivo.El ministro del Interior, Antoni Asunción, declaró ayer que esta actitud merecía que a los responsables se les 1lame la atención y, naturalmente, una amonestación". La investigación interna se ha saldado con una sanción para el eslabón más bajo de la cadena de mando de cuantos agentes intervinieron en el caso: el cabo Juan Carlos Rodríguez Pardo, jefe accidental del cuartel de Gondomar (Pontevedra).

El teniente coronel Gómez Aparisi inicia su informe sobre los acontecimientos relatando la llamada telefónica hecha a las 13.30 a la Guardia Civil por Eduardo Iglesias, asesor del difunto David Fernández, dando cuenta de que "debía ocurrir algo grave" en su chalé.

Los agentes entraron en la vivienda 15 minutos después, viendo a cuatro personas heridas, "a las que aún les late el pulso, por lo que se decide su traslado en ambulancia al centro sanitario Povisa, de Vigo". Los guardias dieron la alerta al saber por los dos hijos del industrial que los agresores habían huido en un coche Audi, que fue localizado sobre las 14.00. A las 14.25 se ordena que guardias de Vigo vayan al hospital para identificar a los heridos y comprobar su estado.

Sobre las tres de la tarde, el teniente coronel jefe de la comandancia de Pontevedra se entera por boca del gobernador civil de que hay dos mujeres muertas en el hospital Xeral de Vigo, lo que acto seguido confirma el juez Rodríguez, quien había iniciado averiguaciones por sus propios medios. El juez, incluso, facilitó otra noticia al teniente coronel: en la clínica más Povisa había otro hombre muerto y una joven muy grave.

Rodríguez llegó a las 15.45 al chalé del industrial Fernández y ordenó a los agentes que depositasen los casquillos de bala en el mismo lugar de donde los habían recogido. Un guardia explicó que había actuado así porque "al no haber cadáveres en la vivienda supuso que el señor juez no se personaría".

El magistrado relevó a la Guardia Civil sobre las 16.00, asignando las investigaciones a la policía. Durante los dos días siguientes, el teniente coronel intentó fijar una entrevista con el juez, quien "en ambas ocasiones manifestó su malestar por la actuación de la fuerza y que era la primera vez que le pasaba", señala Gómez Aparisi.

El informe del teniente coronel reconoce la escasa eficacia de sus subordinados para lograr identificar a las víctimas, lo que se produjo a las cuatro de la tarde, "cuando el señor juez ya se había personado en el lugar de los hechos y había facilitado el número de muertos y heridos, y el hospital en que estaban".