EE UU sólo espera conocer la autoría del ataque para ordenar el bombardeo
El visto bueno de Estados Unidos a los bombardeos sobre posiciones serbias en Bosnia está únicamente pendiente de la confirmación por parte de la ONU de que el proyectil que mató el sábado a 68 personas en Sarajevo fue disparado desde las baterías serbias, aunque, extraoficialmente, funcionarios norteamericanos aseguran que "existen pocas dudas al respecto". El presidente Bill Clinton se reunió ayer en sesión de emergencia con su Gobierno para discutir la posibilidad de dar la orden de ataque a sus aviones estacionados en bases italianas. A continuación declaró: "Quiero dar una oportunidad a las Naciones Unidas para que confirme la responsabilidad del incidente", al que calificó como "una espoleta para la paz". Clinton añadió que "un acuerdo entre la partes" sigue siendo "la última respuesta" al conflicto.En el comienzo de esa reunión dominaba la impresión de que serian aprobadas acciones mili tares de represalia por el ataque del sábado. "Algún mensaje será ) necesario enviar para hacerles entender que ese tipo de cruel dad, de estupidez, no puede ser perdonada", advirtió minutos antes de entrar a la Casa Blanca el secretario del Tesoro, Lloyd Bentsen.
Bentsen precisó que la posibilidad de ataques aéreos estaba "claramente sobre la mesa", aunque no quiso dar más detalles. Otras fuentes de la Administración norteamericana añadieron que sería conveniente que el ataque contra los serbios estuviera precedido por la confirmación explícita de los cascos azules de que fueron las milicias serbias las responsables de la matanza en el mercado de Sarajevo, la más sangrienta acción militar en 22 meses de guerra.
El presidente Clinton dijo en una primera declaración el sábado pasado que ese "acto cobarde sin justificación militar posible" debería encontrar respuesta por parte de las potencias occidentales, pero pidió a la ONU que esclareciese completamente lo ocurrido.
Coordinación
A la espera de la decisión de intervenir militarmente, Estados Unidos está coordinando con los aliados europeos los detalles de un bombardeo en Bosnia. El secretario de Defensa, William Perry, que se encuentra en Alemania, recordó que los aviones norteamericanos no participarían solos en esa operación, sino junto a otras aviones de la OTAN. Perry alertó también sobre la necesidad de tener en cuenta las consecuencias políticas de una acción militar contra los serbios.
Una de las consecuencias que más preocupan en Washington es la reacción de Rusia, un aliado tradicional de Serbia. El Gobierno de Moscú, que trata de contener las presiones nacionalistas de VIadimir Zhirinovsky, se ha opuesto a las amenazas de la OTAN contra Serbia. Para el Gobierno de Clinton es fundamental no hacer nada que debilite la posición de Boris Yeltsin.
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