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OLVIDAR LA GUERRA

El muro del recuerdo

La cruel guerra del sureste asiático terminó hace mucho, pero su huella permanece todavía en la mente de muchos norteamericanos

Antonio Caño

¿Qué es para usted Vietnam?Ciudadanos estadounidenses de diversa edad y condición contestan a esta pregunta sobre la mayor pesadilla que ha vivido la sociedad norteamericana en este siglo. Los testimonios fueron recogidos en el gran monumento erigido en Washington en memoria de los más de 58.000 estadounidenses muertos en Vietnam.

Susan Edwards, de 43 años, profesora de Biología en la universidad: "Era estudiante durante la guerra. Fui a todas las manifestaciones, estaba muy metida en el movimiento por la paz y todo eso. Vietnam, para mí, fue lo que me empujó a meterme en el establishment con intención de cambiarlo. Fue algo bestial. Jamás debimos entrar en esa guerra. En cuanto a abrir ahora relaciones con Vietnam, creo que es una situación parecida a la II Guerra Mundial, y es lo que piensan mis padres. Ya ha terminado. Hay que seguir adelante".

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Walt Duncombe, de 21 años, estudiante de raza negra y aspecto de cantante de rap: "No sé si debíamos haber ido a Vietnam o no, pero me fastidian los draft dodgers [los que intentaron evitar el reclutamiento, como Bill Clinton] y los peace mongers [los manifestantes en contra de la guerra], porque eran soldados norteamericanos los que estaban allí. Es una mierda que hicieran eso aquí mientras soldados norteamericanos morían allí. Si Clinton fuera listo, no levantaría el embargo a Vietnam. No lo puede hacer, es muy jodido".

Anita Wong, de 25 años, licenciada en Economía e Historia del Arte, de origen taiwanés: "Antes Vietnam era, para mí una cosa de películas. Sabía que nos sentíamos culpables de algo, pero no podía entenderlo. Sólo me preguntaba: ¿cómo hemos podido hacer algo tan bestial? y ¿cómo es que hay gente todavía que cree que somos los mejores del mundo? Pero, después de haber estado allí y de haber vivido en China, he cambiado de opinión. Hay una larga historia de imperialismo en Vietnam: primero los chinos, después los franceses. Nosotros tuvimos que tragar lo peor del colonialismo. La culpa no la tiene sólo Estados Unidos. ¿Sabes lo que vi en Vietnam? Vi que les importa un pito la guerra. Sólo quieren ganarse la vida, hacer su fortuna. Claro que hay gente que nos contaba lo que había sido para ellos, que era una cosa bestial, terrible, que sufrían horrores. La mayoría de la gente con menos de 30 años no se acordaba de nada. Están montando sus negocios, tratando de pasarlo bien, coqueteando con las extranjeras. Todos los demás países están ya metidos allí en negocios. Sólo nosotros quedamos como imbéciles. ¡Es que no tenemos ni idea de lo que es Asia!".

Roy Cullen, de 45 años, ex combatiente en Vietnam, vendedor de camisetas frente al monumento de Washington, el muro que rinde homenaje a los más de 50.000 muertos en la guerra: "No quiero decir ni una palabra sobre eso".

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Wayne Reynolds, de 38 años, camionero: "¿Vietnam? Son los hombres escritos en ese muro. No me gustaría ser parte de ellos".

Pietro Toscanelli, de 43 años, intérprete de conferencias: "Tuve suerte. Formé parte del primer sorteo y quedé libre gracias a que saqué un número muy alto. Estaba en la universidad, en medio de las manifestaciones, ¡fue impresionante! El conflicto aquí, en Estados Unidos, la injusticia... Ahora llevamos 20 años intentando reintegrar a los ex combatientes y no hemos hecho nada para reintegrar a los que se oponían a la guerra. Vietnam fue una experiencia que me marcó muy profundamente. Fue un ejemplo de cómo funcionaban las cosas, lo que nos empujó a examinar las cosas".

Pat Gallagher, de 74 años, retirado del servicio diplomático y periodista, estuvo destinado en varios países de Asia durante los años 50 y 60: "Los norte americanos no teníamos ni idea de lo que era Asia, no nos importaba mucho. Todos mirábamos hacia Europa. El norte americano medio ni siquiera era capaz de encontrar Asia en un mapa del mundo. Hasta que nos metimos en Asia militarmente, hasta que nos dimos cuenta de que estaban muriendo soldados norteamericanos allí. ¿Imágenes de la época de Vietnam? Fueron todos sucesos tan rápidos que nunca llegamos a entender nada. Ahora nos es ventajoso meternos allí. Cuantas más empresas norteamericanas haya en Vietnam más fácil será resolver el problema de los desaparecidos. ¿Los veteranos? Les costará entenderlo, pero lo entenderán en su momento. Hay que pensar que también tenemos cadáveres norteamericanos repartidos por Europa, por Corea".

Jeff Edwards, de 28 años, empleado en el Consejo Estados Unidos-Vietnam, una organización privada para promover las relaciones entre los dos países, casado con una vietnamita: "El levantamiento del embargo va a servir para crear empleos en EE UU. Cuando yo visité Vietnam, lo que más me sorprendió fue ver que los vietnamitas están entusiasmados con los norteamericanos. Me di cuenta de que todavía quedan amistades entre vietnamitas y norteamericanos surgidas durante la guerra y que van a reactivarse ahora".

Tisha Goodman, de 27 años, estudiante, nació en Vietnam y lleva el apellido de la familia norteamericana que la adoptó en 1975: "Es necesario que Vietnam se desarrolle, que deje de ser tan pobre. Creo que ya es hora de que EE UU deje de castigar a Vietnam. Para mí es una gran oportunidad volver a contribuir al desarrollo de mi país. La comunidad vietnamita [integrada por unas 600.000 personas] está dividida entre los que odian a los comunistas hasta el punto de no querer que EE UU ayude a Vietnam, y otros que quieren que Vietnam progrese, aunque sea con los comunistas. Algunos de mis hermanos, que también fueron adoptados por familias norteamericanas, piensan lo primero. Creo que ésta va a ser una gran oportunidad para aproximar a las familias que viven en EE UU y las que viven allí".

John McCain, senador republicano por Arizona, piloto de la Marina herido en Vietnam: "Creo que es el momento adecuado para mirar hacia adelante, y creo que es positivo para los intereses nacionales de EE UU contribuir al fortalecimiento económico de Vietnam frente al crecimiento económico y el poderío militar de China".

Peter Ryder, presidente de Manolis and Company Asia Ltd., una agencia inmobiliaria y una firma de inversiones en Hanoi: "¡Que empiece el negocio!".

Un muro de mármol negro

Muchas de las personas que exponen aquí sus opiniones en este momento crítico en el que EEUU inicia la normalización de sus relaciones con Vietnam son turistas que acuden ritualmente a visitar el famoso muro de mármol negro, semihundido en el césped del Mall, donde están grabados los nombres de las víctimas de aquel conflicto. Han pasado 30 años desde que EE UU impuso el embargo económico que ahora levanta, y 19 desde que concluyó la guerra, pero la palabra Vietnam sigue todavía significando algo para la mayoría de los ciudadanos norteamericanos.

Bill Clinton anunció en la noche del jueves un paso que puede ser trascendental para sacar a este país de la pesadilla de aquella guerra perdida. Como el acuerdo entre israelíes y palestinos o la convocatoria de elecciones libres en Suráfrica, ésta es la forma particular de EE UU de contribuir al nuevo orden mundial. No fue posible hacerlo antes simplemente porque la herida estaba demasiado fresca.

Los familiares de los muertos siguen cumpliendo con la tradición de calcar el nombre de su ser querido impreso en el muro. Algunos viejos combatientes, pobres caricaturas de héroes, siguen enarbolando frente a la Casa Blanca sus arrugadas banderas de POW (prisioneros de guerra) y MIA (desaparecidos en combate). Incluso se da entre toda una generación que ronda hoy los cuarenta años una suerte de romanticismo que hace dificil renunciar a lo que los años de Vietnam aportaron. Pero la decisión es imparable: Vietnam ha quedado atrás.

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