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OLVIDAR LA GUERRA

Clinton cierra la herida abierta de Vietnam

El presidente norteamericano, insultado durante su carrera matinal tras levantar el embargo

Antonio Caño

ANTONIO CAÑO Bill Clinton fue insultado por algunos veteranos de Vietnam mientras cubría ayer su habitual carrera matutina por los jardines del Mall, cerca de la Casa Blanca, por haber levantado la noche anterior el embargo al país asiático. Sin embargo, algunas de las principales empresas de su país empiezan ya a anunciar negocios en un país de más de 60 millones de habitantes que infligió a EE UU la más humillante derrota militar de su historia.

En unos días más, el Gobierno comunista de Vietnam abrirá en Washington una oficina diplomática, formalmente destinada a temas comerciales, pero, en la práctica, avanzadilla de una embajada que no tardará en llegar. Como consecuencia del levantamiento de un embargo comercial de 30 años anunciado en la noche del jueves por el presidente Clinton, Estados Unidos tendrá también representación en Hanoi.

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El muro del recuerdo

L a compañía de aviación United Airlines ha anuncido que en cuanto sea posible inaugurará un vuelo entre Los Angeles y Ho Chi Minh City, la antigua e inolvidable Saigón que los norteamericanos abandonaron precipitadamente hace 19 años. American Express ha firmado un acuerdo con las autoridades vietnamitas para que su tarjeta de crédito pueda ser utilizada en aquel país, que puede ser pronto un nuevo tigre económico del sureste asiático. "El Gobierno de Vietnam hará en los próximos dos años concesiones para infraestructuras por valor de 10.000 millones de dólares", asegura Virginia Foote, directora del Consejo para el Comercio Estados Unidos-Vietnam.

Frente a estos argumentos poco valen las quejas de los viejos combatientes de Vietnam que ayer desplagaron una pancarta en la que se leía: "El 3 de febrero es el día negro en el que Clinton nos traicionó", y que iba firmada por los Prisioneros de Guerra. Uno de ellos gritó "¡Hijo de puta!, nos has apuñalado por la espalda", mientras el presidente trotaba por delante de ellos. Clinton, que buscó influencia para no combatir en Vietnam, saludó y le dirigió una sonrisa a otro grupo de veteranos que vendían camisetas y recuerdos de los desaparecidos de guerra frente al monumento a Lincoln.

El presidente asegura que está "absolutamente convencido" de que el levantamiento del embargo "es el mejor medio para resolver las dudas sobre los desaparecidos", cuyo número supera los 2.000 Clinton advirtió que la plena normalización de relaciones no se producirá hasta que Hanoi ofrezca toda la información que posee sobre esas desapariciones.

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