Guardia civil como testigo

A final de año me dirigí a un pueblo, Chequilla, de la provincia de Guadalajara a pasar unos días de vacaciones. Como muchas otras, mi familia padeció una gripe inoportuna. Chequilla pertenece a la demarcación del Centro de Salud de Checa, y allí se dirigió mi esposa dos veces de urgencia cuando ya se notaba los síntomas de la gripe. El tratamiento que se le dio fue permanecer en cama unos días. Así lo hizo, pero al llevar tres días en cama, lejos de recuperarse, aunque fuese lentamente, se encontraba peor. Se me ocurrió, ¡qué ocurrencia!, llamar a urgencias a dicho centro. Me atendió una doctora, me preguntó por los síntomas que tenía..., al final me dijo que si no tenía más de 38º C de fiebre debía acudir al centro de salud que se encuentra a cinco kilómetros. Le contesté que mi mujer se encontraba mal y que debía ser visitada en mi domicilio. Se me dijo que si se desplazaba debería firmar un parte por el que me hacía responsable de cualquier otra urgencia. Le manifesté que hiciera lo que debiera, pero yo no le pensaba firmar ningún documento. Pasaron 40 minutos y cuál sería mi sorpresa al presentarse la doctora, en mi casa, con un número de la Benemérita. Le dije que yo había llamado a un centro de salud, no al cuartel de la Guardia Civil.- Se me contestó que para visitar a mi mujer debía entrar con el guardia civil... Ante esta situación -en aquel momento no tenía otra opción- accedí a que así se hiciera. La doctora visitó a mi mujer y al finalizar, en presencia de la autoridad uniformada, se me instó a que firmara dicho parte. Evidentemente me negué.Ante este hecho se me ocurren muchos interrogantes, pero me limitaré a éstos.

¿Responde -esta actuación- a una nueva filosofia de los centros rurales de salud?

¿Es posible que los recortes en la Seguridad Social lleguen a estos niveles en la asistencia primaria?

¿Se debió este hecho a la actuación aislada?

¿Actuar en situaciones como ésta es una función de la Benemérita?-