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Entrevista:

"En Valdemorillo nadie pasará frío"

Para ver bien a gustito los toros desde la barrera, o, como en este caso, desde el callejón, lo mejor es fabricarse uno mismo el coso de sus sueños y, a ser posible, llevarlo a cuestas, como los caracoles. Eso debió pensar José Félix González, organizador de, entre otras, la Feria Taurina de Valdemorillo que comienza el 4 de febrero, cuando decidió levantar la plaza portátil más grande del mundo. De 45 años, auditor de cuentas y asesor fiscal, José Félix González, es un hombre de empresa marcado por la afición familiar a los clarines. Desde que, el pasado año, se hiciera cargo de la Feria de Valdemorillo, ha seguido buscando la manera de mezclar el placer con los negocios, haciendo rentable tan peligroso combinado. La plaza portátil, a punto de estrenarse, ha costado casi 20 millones de pesetas y en ella podrán sentarse 5.500 espectadores sin pasar frío en los pies.Pregunta. ¿Negocio o afición?

Respuesta. Estoy en el mundo de los toros por afición, pero se trata de una actividad empresarial que debo hacer rentable. Es decir, si yo fuera un acérrimo enemigo de la Fiesta, tendría que organizar otro tipo de espectáculos.

P. ¿Es usted un ejecutivo de sangre española?

R. Español desde luego que lo soy y, como ejecutivo observo que, ni los toros se salvan de la crisis. Cuando hay que ahorrar lo último que se elimina es lo básico y tampoco olvidemos que este último año se han televisado muchísimas corridas.

P. Organizó 74 festejos durante 1993, muchos para ser nuevo en esta plaza.

R. El secreto está en trabajar y rodearse de un buen equipo. Con eso se llega al fin del mundo. Son montajes muy difíciles, pero para mí lo fácil, carece de interés.

P. La nueva plaza será todo un bombazo.

R. Modestia aparte, la Feria de Valdemorillo de 1993 fue modélica. Y, como todo el mundo sabe, dicha localidad carece de plaza fija. Ya aporté entonces muchas novedades, urinarios, vigilantes jurado en las puertas, venta de entradas por teléfono y en grandes almacenes, y eliminé la publicidad a través de los clásicos carteles.

P. Una lástima, porque son preciosos.

R. Son muy bonitos pero no sirven para nada. Es más efectiva la difusión por correo.

P. Y, ¿los empresarios de toda la vida no le critican por tanta modernez?

R. Yo no he inventado nada, aplico ciertas comodidades al mundo de los toros. Siempre que alguien aterriza de repente en un sector, y con éxito, cae mal. Es lógico que algunos compañeros me miren con cierta animadversión, porque la competencia suele ser molesta.

P. ¿Será su plaza la más grande del mundo?

R. Caben mil personas más que en cualquier otra. Esto permite mantener los precios. Todo el mundo se podrá sentar y, además, a través de media docena de cañones de aire caliente, se creará una especie de microclima bajo los tendidos con una agradable sensación de calor.

P. Como buen amante de los toros, vivirá en el campo.

R. Pues sí, vivo en Las Matas. Y me pego grandes madrugones para no llegar al despacho cansado y sin moral, tras el calvario de la caravana. Ahora, con el teléfono en el coche, se adelantan muchas gestiones. Pero, cuando llegas a casa y te das un bañito en la piscina o tomas una ensalada y un buen vino al aire libre, decides que compensa. Las situaciones perfectas no existen.

P. Al menos en cuestión de toros, romperá una lanza por Madrid.

R. Naturalmente que sí. Madrid culturalmente es muy gratificante. Aquí está la primera plaza del mundo y la afición más exigente. Pero no sólo en el tendido 7, los madrileños están acostumbrados a ver muchísimos festejos.

Feria de Valdemorillo: del 4 al 8 de febrero.

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