El FIS pide el cese de atentados contra extranjeros, civiles y militares no implicados en la represión
El Frente Islámico de Salvación (FIS) ha pedido el cese de la "violencia ciega" y, en especial, el fin de los atentados dirigidos contra extranjeros y contra civiles y militares argelinos no implicados en las operaciones de seguridad. La llamada constituye un primer paso para llegar a un cese de hostilidades y, al tiempo, es un gesto de buena voluntad con respecto a las ofertas de diálogo expresadas por el presidente de la República, el general Liamin Zerual.
El llamamiento ha sido realizado desde Nueva York por la Delegación Parlamentaria del FIS, que preside Anuar Haddam, miembro de la ejecutiva del partido y diputado elegido en los comicios de diciembre de 1991. El comunicado, redactado en inglés y titulado Declaración contra la violencia constituye una condena clara y pública del FIS contra la violencia indiscriminada, e incluye de manera explícita los atentados contra extranjeros, políticos, periodistas e intelectuales que "se manifiestan en el ejercicio de sus libertades de pensamiento y expresión".El documento justifica, sin embargo, la lucha contra las fuerzas de seguridad implicadas en las operaciones de represión y afirma que "el combate por liberar al pueblo argelino de la junta corrompida es justo". Recalca que esta lucha debe tener sus propios límites y controles.
"Es importante para nuestro pueblo continuar actuando de manera responsable y respetando los derechos del hombre para los que combaten. Sólo si actuamos así podremos disipar los temores de aquellos, que creen que el islam político no puede ser democrático", concluye el mensaje.
Este documento constituye una desautorización y una condena de determinados grupos radicales, entre los que cabe destacar, el autodenominado Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas Islámicas. Éste ha suscrito recientemente un comunicado en el que amenaza con incrementar, a partir del 1 de febrero, los atentados contra embajadas e intereses extranjeros.
Esta declaración consuma la ruptura entre el aparato político del FIS y el Grupo Islámico Armado (GIA), que se ha responsabilizado en los últimos meses de varias operaciones, en particular las dirigidas contra extranjeros. El GIA desarrolla una violencia a ultranza, sin ofrecer diálogo o salida política.
El llamamiento del FIS se produce en plena ofensiva armada, que se ha saldado en las últimas horas con diversos asesinatos, entre los que cabe destacar la muerte del periodista francés abatido en Argel, la de un conocido militante comunista en Constantina y la de un dirigente del partido bereber en un barrio periférico de la capital. Ayer se informó de los asesinatos de un combatiente en la guerra de independencia y del vicepresidente de la Federación Nacional de Yudo, dos ataques cuyas causas no han sido esclarecidas.
Las fuerzas de seguridad han informado, por su parte, de la muerte de siete presuntos militantes integristas y la detención de otros 16 durante una serie de acciones llevadas a cabo desde el domingo pasado.
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