Aznar afirma que los votantes del PSOE han desautorizado a González en la huelga
José María Aznar se apresuró ayer a cerrar la puerta por la que el Gobierno podría intentar escapar, según él, del requerimiento de los sindicatos tras la huelga general. "El Gobierno no puede lavarse ahora las manos", advirtió, "y dejar todo a expensas de que los agentes sociales lleguen o no a un acuerdo sobre la reforma laboral". Para el presidente del PP, la huelga ha supuesto, políticamente, la desautorización del propio Felipe González y de la gestión del Gobierno por parte de los mismos que votaron al PSOE el pasado 6 de junio.
Aznar aprovechó las matizaciones a esa reforma propuestas en el congreso de la Federación Socialista Madrileña (FSM), el pasado fin de semana, para asegurar que existe una "esquizofrenia" entre el PSOE y el Gobierno. La crisis política, económica y social de España, según él, exige la realización del debate sobre el estado de la nación en febrero.El presidente del PP aprovechó su intervención en la reunión de la junta directiva de su partido, la primera en lo que va de año, para realizar un ajuste de tono. España, dijo, vive unos momentos de tensión y crispación grave. El PP, añadió, hará lo posible por reducir esa tensión y crispación. La crisis social está provocada, a su juicio, por la frustración derivada de la "ligereza" con que González hizo sus ofertas electorales y por el fracaso del pacto social.
Aznar dio una vuelta de tuerca a su reciente afirmación de que "los que votaron al PSOE son los que le hacen una huelga general", y declaró que esa base electoral ha desautorizado la política del Gobierno y a González con la huelga. En abierta contradicción con las tesis del ministro de Economía, Pedro Solbes, Aznar sostuvo que "no hay ninguna razón que permita pensar que en 1994 habrá una recuperación económica en aspectos básicos como el empleo y la inversión. Y esto es no entrar en autoengaños o en engaños a los españoles". Anunció que considera correcto el plan de saneamiento de Banesto y que pedirá el establecimiento de mecanismos de control en el Parlamento para garantizar el correcto uso de dinero público en ese saneamiento.
Además de la crisis económica, Aznar atribuyó a los socialistas la crisis política, que se refleja, según él, en un Gobierno débil, apoyado en un partido dividido y condicionado cada vez más por CiU.
Los debates del congreso realizado el pasado fin de semana por la FSM le sirvió para presentar la división entre los socialistas como una auténtica "esquizofrenia" entre el PSOE y el Gobierno. Se refería a la propuesta de los renovadores -entre ellos, el ministro de Exteriores, Javier Solana- de matizar la reforma laboral que el Gobierno ha llevado al Parlamento. El líder del centro-derecha reprochó a González el "error" de intentar provocar un conflicto entre el Parlamento y los sindicatos.
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