Parados y engañados

El hecho de que millones de personas no encuentren trabajo tiene efectos perversos sobre cualquier sociedad. Algunos de esos efectos son muy importantes, y otros, menos. Les voy a contar una consecuencia que no es de las más importantes, pero que afecta a los periódicos: la publicación de anuncios falsos de oferta de empleo.María del Carmen Corroto, de Madrid, fue la primera en advertir a la Defensora del Lector. Ella leyó en los anuncios por palabras de EL PAÍS una oferta para lo que, no muy correctamente pero sí gráficamente, se llama "ensobrar". Es decir, escribir a máquina direcciones en cientos de sobres e introducir determinadas hojas informativas. El trabajo le convenía y escribió al apartado de Correos que figuraba en el anuncio.

Hasta aquí todo es normal. El problema fue la respuesta: Envíe usted la cantidad de 2. 100 pesetas a la dirección que abajo le indicamos... Recibirá un dossier explicativo, con las instrucciones necesarias para poder comenzar".

María del Carmen envió el dinero y obtuvo el amplio informe prometido. Sólo que no se trataba de ensobrar, sino de lo que popularmente se conoce como "una pirámide": puede recuperar el dinero, e incluso ganar más, si convence a otras personas para que hagan lo que ella hizo.

"Me siento engañada", afirma Corroto. "Desearía que tomaran las medidas oportunas para evitar que a otras personas les pase lo mismo... ¿Harán algo al respecto?".

Otra lectora -se conoce que no en balde el paro afecta más a las mujeres que a los hombres plantea un caso distinto. "Leí en las páginas salmón un anuncio de la consultora QUIDAM ofertando un puesto de trabajo para un abogado. El texto es lo suficientemente ambiguo y ex tenso como para que numero sas personas respondieran al mismo, yo entre ellas", explica María Ballesteros.

"La semana pasada", prosigue Ballesteros, "recibí una carta en la que se me informa de la desestimación de mi candidatura... Mi sorpresa se produjo al leer el resto de la carta: aprovechan para ofertarme sus servicios en la búsqueda de empleo, con una rebaja si presento su misiva! Sinceramente, creo que ésta es una forma poco ética para conseguir listados de clientes potenciales".

La Defensora del Lector no ha podido contactar con los responsables del anuncio de 11 ensobrar", pero sí con el director de QUIDAM, Francois Connan. "Somos, efectivamente, una empresa de selección de personal y de asesoramiento en búsqueda de empleo", asegura Connan, "y es cierto que ofertamos una plaza de abogado".

El director de la empresa justifica su carta: "Cada vez que ofertamos un puesto de trabajo recibimos una media de 700 respuestas de personas interesadas. En algunos casos, nos escriben dos y tres veces las mismas personas, proponiéndose para diferentes anuncios. Así que decidimos que era una buena idea sugerir a esas personas que formen parte de una base activa (un listado) y que aprendan a hacer su currículo. No es un engaño, y todo está claro para el lector".

¿Cuántas personas que les escriben pidiendo un trabajo aceptan después esos otros servicios? "Depende", contesta Connan, "pero, más o menos, un l0%". Es decir, unas 70 personas. Si sólo quieren apuntarse a la base de datos pagaran 1.500 pesetas, cada una. Y, si quieren aprender a hacer un currículo, entregaran 4.990. En el peor de los casos, QUIDAM gana unas 100. 000 pesetas, y, en el mejor, unas 400.000.

La Defensora del Lector ha revisado con cuidado las páginas de oferta de empleo y ha encontrado otros casos curiosos. Por ejemplo, una empresas de comunicación que solicitó un economista o licenciado en Ciencias Empresariales y que exigió como requisito que fuera varón. O una empresa especializada en organizar congresos, que deseaba- azafatas. Lo llamativo es que exigía que fueran rubias.

Estos dos últimos anuncios resultan todavía más chocantes si usted se molesta en leer la entradilla o sombrero con que EL PAÍS encabeza casi todos los días los anuncios breves de oferta de trabajo.

La entradilla menciona, nada menos, que el artículo 35 de la Constitución española, la Ley Básica del Empleo y las directivas del Consejo de la Comunidad Europea. Todos estos textos defienden un principio: la no discriminación laboral por razón de sexo, raza, opinión política u origen social.

He solicitado ayuda y opinión al director de publicidad de este periódico, Ricardo Casillas.

"Desgraciadamente", -explica Casillas, la experiencia demuestra que no siempre es posible evitar la publicación de anuncios que son una estafa, ni controlar que se cumplan las normas que encabezan los anuncios laborales. Ya sea por volumen de trabajo o porque están muy bien camuflados para despistar al posible candidato, algunos casos se escapan".

¿Haremos algo al respecto?, como pedía María del Carmen Corroto. Todo lo que esté en nuestra mano, afirma el director de publicidad. Aun así, coincido con él en que es más fácil evitar la publicación de anuncios que vulneren el principio de no discriminación que la de ofertas que son engañosas o, simplemente una estafa.

Lo que sí podemos hacer, y haremos, es dejar de publicar esos anuncios cuando los detectemos y denunciarlos aquí para que ustedes estén advertidos.

De momento, lean ustedes con atención los consejos que, a mi solicitud, ha elaborado Ricardo Casillas:

1. Si contestan a una oferta de empleo, no envíen nunca dinero sin ponerse antes en contacto con la empresa anunciante y verificar los datos.

2. Recuerden que la discriminación por razón de sexo, raza u origen social está prohibida por ley. Denuncien los casos de los que tengan noticia.

3. Comprueben que la oferta de puestos de trabajo en el extranjero incluye la autorización del Instituto Nacional de Emigración, salvo que se trate de trabajos dentro de la CE.