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LA HUELGA DEL 27-E

La huelga del pequeño comercio la hicieron los clientes

La mayoría de los pequeños comerciantes se quejaban ayer de la falta de clientes. A media mañana, entre la disuasión de los piquetes y las pocas expectativas de. vender algo, muchos indecisos pegaron el cerrojazo. Una cosa es abrir y otra hacer negocio.La incidencia de la huelga en el pequeño comercio se amolda al gusto de todos. La Confederación de Pequeñas y Medianas Empresas calculaba que el 80% de los comerciantes secundó su propuesta de cierre. "Un éxito rotundo", clamaban. La Confederación Española de Comercio decía que el 68% de las tiendas abrió. Y la Confederación de Empresarios de Comercio aseguraba que casi todos sus 376.000 afiliados trabajaron.

El centro comercial Albufera, en el distrito madrileño de Vallecas, cerró a media mañana después de tres visitas de piquetes y una bronca en una peluquería. Parquesur, en Leganés (Madrid), cerró a las 11 de la mañana, después de que un piquete se enzarzara con una decena de guardias de seguridad, informa Ana Roldán. La bronca se saldó con tres heridos leves: dos sindica listas y un polícia.

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Trifulca

También en el centro de Madrid se formó una trifulca entre policías y piquetes porque éstos querían cerrar a toda costa una perfumería y una pastelería. Tres sindicalistas salieron en ambulancia con chichones y brechas leves. En esta zona apenas se podía comprar en algunas tiendas de franquicia. El resto estaba cerrado. Sin embargo, no era dificil encontrar un sitio donde tomar una cerveza, coger un taxi -más barato, a falta de tráfico- y comprar en algunos comercios de los alrededores.

¿Cómo voy a hacer huelga si mi contrato termina en febrero?", se quejaba Yolanda López, dependienta de una boutique. "Si estuviéramos fijas en una empresa, habríamos hecho huelga porque lo que quiere el Gobierno es un crimen", explicaban las empleadas de una cadena de moda joven que soltaron un expeditivo "¡aquí no se cierra!" al piquete que intentó convencerlas con negros augurios sobre su futuro laboral. Otros imploraban comprensión a los clientes: "Si vamos a abrir, pero espérese a que se alejen los de los sindicatos, a ver si me van a partir una luna".

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