Las explosiones de un coche bomba cortan la M-30 de una hora

Toda la zona sur y las salidas de la capital sufrieron un monumental atasco tras el atentado terrorista en el paseo del Ermita y las posteriores explosiones controladas que se produjeron ayer en esta vía. Por seguridad, fue preciso cortar durante hora y media la autovía de circunvalación M-30 en el tramo que discurre a pocos metros del lugar del atentado. A media mañana los vehículos formaban en este cinturón 12 kilómetros de atasco, que se propagó a las vías adyacentes.

El atentado de ayer en el número 8 paseo de la Ermita hizo trizas el tráfico de la autovía de circunvalación M-30. La proximidad de la vía al lugar donde se produjeron las tres explosiones del coche bomba, apenas unas decenas de metros, obligaron a la policía a interrumpir la circulación en dos ocasiones y por espacio de al menos hora y media para evitar que las voladuras controladas afectacan a los vehículos que discurren por el tercer cinturón.Durante los cortes, efectivos de la Policía Municipal desviaban a los conductores por las calles adyacentes, que no daban abasto para absorber tanto coche. Rápidamente se formaron colas de hasta seis kilómetros de longituden las dos calzadas de la M-30, que en ese tramo discurren separadas por el río Manzanares.

Por toda la zona y hasta el mediodía la circulación fue caótica. El atasco se cebó con especial saña con la Vía Carpetana, la calle Sepúlveda, el paseo de Extremadura, el puente de Segovia y el paseo de la Virgen del Puerto.

A lo largo de las importantes vías que confluyen junto al área siniestrada -la carretera de Extremadura, la propia M-30 o el paseo de Extremadura-, se mueven diariamente entre 200.000 y 220.000 vehículos.

Las Fuerzas de Seguridad del Estado pusieron en marcha inmediatamente la operación jaula en todas las carreteras de salida, importantes retenciones, especialmente en las carreteras de Extremadura, Andalucía y Valencia, según informa el gabinete de control de Tráfico del Ayuntamiento. Los controles se mantuvieron de manera intermitente a lo largo de toda la mañana.

Las voladuras controladas efectuadas por los artificieros de la policía obligaron a cortar la circulación de la M-30 por dos veces y en ambos sentidos a la altura del paseo de la Virgen del Puerto y del estadio Vicente Calderón.

Las retenciones de vehículos alcanzaron los seis kilómetros en cada uno de los sentidos. El caos circulatorio se extendió desde la carretera de la Coruña hasta Méndez Álvaro.

Voladuras

La primera de las voladuras controladas tuvo lugar sobre las nueve y media de la miariana, por lo que diez minutos antes se efectuó el corte de la M-30. La vía permaneció cerrada durante sie te minutos en sentido Puente de los Franceses y 20 minutos. en los carriles que se dirigen hacia Vallecas, los más cercanos al paseo de la Ermita.

Sobre las diez de la mañana volvía a cortarse la circulación para efectuar una nueva voladura, que rompió los cristales de algunas viviendas próximas. Esta vez la M-30 permaneció cerrada al tráfico entre el puente de Segovía y el Vicente Calderón hasta el mediodía. El paseo de la Ermita del Santo permaneció cortado durante toda la mañana.

Sin salida

Las únicas opciones que tenían los automovilistas para escapar del tapón eran salir cuanto antes de la M-30 o desviarse por el puente de Segovia o el paseo de Virgen del Puerto si circulaban hacia el oeste o bien atravesar la Casa de Campo o tomar la carretera de Extremadura si lo hacían en sentido contrario.

La honda expansiva rompió los cristales de numerosas viviendas provocando heridas a varias personas y momentos de pánico entre los vecinos del paseo de la Ermita y de la avenida del Manzanares (la calzada derecha de la M-30).

Al menos 33 vehículos que se encontraban aparcados en las inmediaciones resultaron dañados, según informa la Policía Municipal. Gran cantidad de cristales quedaron esparcidos por la calzada, lo que retrasó la apertura al tráfico de las vías donde estaban los vehículos.