El ex coronel implicado en la red de escuchas tenia informes del Cesid clasificados de secretos de Estado
El ex coronel del Cesid y uno de los supuestos cerebros de la red de escuchas ilegales, Fernando Rodríguez, disponía de informes del servicio de espionaje clasificados como secretos de Estado e informaciones confidenciales. La documentación fue hallada en un despacho de Rodríguez cuando ya había abandonado el Cesid y trabajaba contratado por el editor-presidente de La Vanguardia, Javier Godó -también inculpado- El juez Eduardo Navarro levantó el secreto de las diligencias ayer. El contenido de los informes del Cesid, sin embargo, se mantendrán protegidos y serán entregados en depósito al propio servicio de espionaje. El juzgado también blindará las conversaciones captadas ilegalmente.El juzgado ya dispone del informe que ordenó realizar sobre el material del Cesid encontrado en poder del ex coronel. Sobre esta cuestión fue interrogado el máximo responsable de los servicios de espionaje, Emilio Alonso Manglano, al ser llamado a declarar como testigo el 21 de diciembre. Manglano fue preguntado sobre cómo explicaba que el ex coronel tuviera en su poder material que no debió salir del Cesid, a lo que contestó que debió traspapelarse cuando el ex coronel abandonó el servicio. Manglano también negó que el Cesid intercambiara información con la trama y rechazó que el excoronel les facilitara datos sobre las conversaciones de los pinchazos.
Manglano achacó a problemas burocráticos que el ex coronel compatibilizara durante un tiempo su cargo en el Cesid con su contrato con Godó, según fuentes conocedoras del caso. También fue interrogado por su relación con el otro supuesto cerebro de la red, Miguel Ruiz, alias El Lobo, y antiguo miembro del Cesid, a quien descalificó por su manera de actuar cuando estaba en activo.
Ayer se conoció que otro teniente coronel del Cesid, Julio Leal Pérez Monedero, declaró el mismo día que Manglano porque su nombre fue aludido en varias conversaciones telefónicas mantenidas por los miembros de la trama. Esto fue, descubierto por las intervenciones telefónicas que acordó el magistrado de la Audiencia Nacional que inicialmente llevó el caso, Carlos Bueren. El juzgado quiso saber si existía intercambio de información y el alto mando lo negó.
Sobre el contenido de las declaraciones de algunos de los inculpados, el levantamiento del secreto ha permitido conocer, por ejemplo, que El Lobo mantuvo ante el juez que seguía instrucciones del editor Javier Godó y que entregaba las cintas que contenían las grabaciones ilegales a la secretaria del editor, Gemma Guillén. Este extremo ha sido negado por Godó y por su secretaria que rechazan categóricamente tener nada que ver con los métodos.
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