Gillian Tayfforth se desmaya en un juzgado de Londres

Gillian Taylforth perdió y se desmoronó en público. Tras 11 días de proceso que han mantenido en vilo a la prensa inglesa, desde la más seria hasta la más sensacionalista, el juicio contra el diario The Sun interpuesto por esta actriz de series de televisión fue perdido definitivamente ayer por la estrella de culebrónes de la pequeña pantalla, que reaccionó con un sonoro desmayo al oír la sentencia que la obliga a pagar las costas del juicio, que suman alrededor de 100 millones de pesetas.The Sun publicó el pasado mes de junio que la actriz con su novio, el millonario hombre de negocios Geoff Knights, ambos de 38 años de edad, habían sido sorprendidos dentro de su vehículo todoterreno por un policía de carreteras en los alrededores de Londres practicando sexo oral.

La actriz demandó al periódico por repetir la alegación policíal, negando en todo momento el acto sexual que le imputaba el agente y recalcando que se inclinaba sobre el vientre de su no vio para atenderle de un fortísimo dolor de estómago. Gillian Taylforth aparece tres veces por semana en la serie de la BBC East Enders en el papel de Kathy Beale, una de las más populares en los hogares ingleses, vista por casi 20 millones de televidentes.

El policía se acercó rutinariamente al coche estacionado en el arcén para ver qué pasaba, y el diario negó desde el principio que cometiera libelo, aduciendo que la información era correcta, pero que, en cualquier caso, el responsable último era la policía londinense, que aportó la información original. Los hechos sucedieron al regreso de una jornada en las carreras de caballos de Ascot, donde había corrido abundantemente el champaña.

El juicio tuvo su momento mas jugoso en la reconstrucción de los hechos en el patio de los juzgados, donde Taylforth y Knights revivieron el dolor de barriga y el momento en que ella le desabrocha los botones del pantalón para aliviar el cólico, insistiendo en que, en esa postura, no era posible hacer una felación. Por otra parte, unos periodistas de The Sun, con estatura y corpulencia similar a la de la pareja de marras, se sentó en el mismo vehículo y mostró con elocuente mímica que se podía hacer de todo en ese asiento.