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Entrevista:

"No se puede negar el desarrollo del estatuto a los demócratas y dárselo a los violentos"

La duda de si el PNV ha optado por modificar sustancialmente su discurso y retrotraerse a épocas pasadas en su implicación estatal ha vuelto a aflorar entre. la polvareda levantada en las últimas semanas por las polémicas manifestaciones de portavoces de este partido.Pregunta. ¿Qué ha pasado para que su partido, el PNV, haya endurecido su discurso en los últimos tiempos?

Respuesta. Mi partido no ha cambiado su discurso, pero después de siete años en los que no se ha producido ni una sola transferencia estatutaria estamos ya verdaderamente cansados y nos resulta insoportable que el partido socialista siga jugando permanentemente con una ley de obligado cumplimiento, aprobada en referéndum, como el Estatuto de Gernika.

P. ¿En el fondo de la polémica no subyace la ruptura de las negociaciones para la aprobación de los presupuestos generales o la participación del PNV en el Gobierno de Madrid?

R. Después de siete años parecía lógico que el PNV planteara el pleno desarrollo autonómico cuando se le pidió que asumiera mayores compromisos, y se le ofreció incluso la posibilidad de participar en un hipotético Gobierno de coalición. La respuesta de los socialistas fue, sin embargo, que no habrá desarrollo estatutario en tanto en cuanto el PNV no garantice el punto final. Es decir, pretenden que renunciemos a nuestra ideología nacionalista, que cedamos a un chantaje bastante cínico por su parte.

P. Más que el traspaso genérico de las transferencias pendientes, lo que el Gobierno central y el PSOE parecen rechazar es la interpretación que el PNV hace de algunas de esas materias.

R. Durante estos siete años hemos reiterado a los socialistas que sobre las materias pendientes estamos dispuestos a someternos a las interpretaciones que ellos mismos hicieron en el año 1979, cuando pidieron a la sociedad vasca que votara el estatuto. La respuesta, igualmente cínica, ha sido que aquella interpretación ha prescrito. Me parece que en este caso la sensatez y templanza por parte del PNV están sobradamente demostradas.

P. Como máximo responsable del Estado en la comunidad autónoma, ¿considera correcto y políticamente prudente decir, como han dicho recientemente portavoces de su partido, que el Rey no debería apoyarse sólo en la bayonetas, que el Monarca hizo un discurso chusco, que el Ejército es un obstáculo para la autodeterminación o que la Guardia Civil es una máquina que genera odio?

R. Mire, no voy a entrar a hacer juicios específicos de lo que se ha dicho o dejado de decir. Lo qué me sorprende es que se produzcan las escandaleras que se están produciendo. Lo que a mí me escandaliza es que la Guardia Civil haga controles de manera vejatoria, que maltraten a un alcalde ante los ojos de sus propios conciudadanos, que lo tiren al suelo, que lo pateen y que le tengan dos horas con los brazos en cruz. Llega un momento en que dices: "Por aquí no paso". No voy a negar que cualquiera, yo mismo, pueda extralimitarse en las palabras en un momento determinado; lo que me sorprende es que de la denuncia de estos hechos en una conferencia de prensa de una hora lo que quede sea una frase.

P. ¿Y qué me dice de la polémica sobre la autoderminación, de las invocaciones al acuerdo sobre el Ulster?

R. Nosotros no hemos sacado el tema. Estamos en otras prioridades, otras urgencias, como el desarrollo autonómico y, sobre todo, la crisis y el paro. ¿Qué ocurre?, pues que somos continuamente interpelados y emplazados a pronunciarnos sobre ese asunto. Y nosotros somos nacionalistas vascos. Para nosotros, la autodeterminación es un derecho legítimo, reconocido por los foros internacionales. ¿A qué viene tanta escandalera? ¿por qué en el Estado español estas y otras cosas son tema tabú? ¿es que la democracia en España no está suficientemente consolidada y normalizada? Verdaderamente, a uno le entran dudas cuando ve que en España cualquier apelación al Ejército suscita inmediatamente el escándalo.

P. ¿Cree que son polémicas artificiales, que hay algo de fariseísmo en todo eso?

R. Lo que sí creo es que en ese juego hay mucho de trampa, porque, por otra parte, uno sospecha que los dos grandes partidos de este Estado han perdido todo referente ideológico. Al final, uno tiene la impresión de que el partido socialista es una máquina para mantenerse y repartir el poder. En este momento, la crisis del PSOE, y ése es uno de los grandes problemas que tiene el Estado, no obedece a causas ideológicas, sino al reparto y control del poder.

P. Como definición de un partido, resulta bastante dura...

R. Pasan de la oposición frontal al compromiso de Estado, dependiendo, por lo visto, de lo que les aconsejen los sondeos. No digo que no sea legítimo, pero creo que es así.

P. ¿Están justificadas las similitudes entre el caso irlandés y el denominado problema vasco?

R. Sólo digo que merece la pena reflexionar sobre el método elegido por dos Gobiernos de países con solera democrática, como el Reino Unido e Irlanda, para abordar un conflicto político que dura más de 70 años. Han firmado un documento en el que se señala que el camino para la paz se fundamenta en el derecho de autodeterminación de los habitantes del Ulster. Y, que yo sepa, nadie se ha escandalizado allí porque se proponga a los habitantes del Ulster decidir, democráticamente, si desean seguir manteniéndose como una provincia más del Reino Unido o si desean pasar a formar parte de la República de Irlanda. El Ulster no está en África, ni es una colonia; está en Europa, bien cerca de aquí.

P. Dirigentes de su partido han aludido a una posible resistencia de la Guardia Civil, en concreto al despliegue de la Ertzaintza en Guipúzcoa, y por el lado gubernativo se ha dicho que la presencia de la policía autonómica no disminuirá el resto de las fuerzas de seguridad. ¿Estamos ante un nuevo conflicto?

R. No. Seguimos remitiéndonos a los acuerdos parlamentarios y a los acuerdos firmados entre el Ministerio y el Departamento vasco de Interior.

P. ¿Qué opina de los relevos en Interior y de los cambios que Asunción parece querer introducir en la lucha antiterrorista?

R. Asunción nos ha asegurado por activa y por pasiva que no hay ningún cambio. Vamos a esperar.

P. ¿Tampoco en lo que se refiere al protagonismo del PNV en los pasados contactos con ETA-HB?

R. Me remito a las palabras del propio ministro, que ha ratificado la necesidad de nuestra colaboración. Pero el error ha sido formular una oferta política. No se puede negar al nacionalismo democrático el cumplimiento íntegro del estatuto que, repito, es una ley de obligado cumplimiento, y ofrecerse a las violentos a cambio de una tregua. Esto es algo que concula el Pacto de Ajuria Enea.

P. ¿Cree frustradas las esperanzas depositadas en su día en la llamada "Vía Azkoiti"? ¿Es cierto que no saben quién manda ahora en ETA?

R. Yo también tengo la impresión de que no existe un núcleo en ETA con capacidad de arrastrar al conjunto de la organización hacia una determinada vía. Respecto a la primera pregunta, no puede hablarse en términos absolutos de fracasos o éxitos. Son procesos cuya efectividad se calibrará cuando el problema esté resuelto.

P. Las últimas elecciones han modificado sustancialmente el panorama político vasco. ¿El avance de las partidos vascos no nacionalistas es algo coyuntural o es- indicativo de un supuesto agotamiento de la supremacía nacionalista?

R. Establecer teorías sobre unos únicos resultados electorales es muy poco científico.

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