Chernomirdin ratifica el cambio de política económica y da por terminada la 'terapia de choque' en Rusia
El jefe del Gobierno ruso, Víctor Chernomirdin, declaró en la primera reunión del nuevo Gabinete que se debe dar prioridad a la industria. Esto confirma que Chernomirdin está decidido a cambiar la anterior política económica y que ha dado por finalizada la terapia de choque que aplicaba Yegor Gaidar. Mientras, la fiscalía de Rusia podría pedir el levantamiento de la inmunidad parlamentaria del líder ultranacionalista VIadímir Zhirinovski con el fin de procesarle por incitar a la guerra. Este delito supone, según el Código Penal, una pena de entre tres y ocho años de cárcel.
Víctor Chernomirdin comenzó ayer su primera reunión con el nuevo Gabinete confirmando las previsiones de que aplicará una nueva política económica, que puede significar el fin de las reformas o, por lo menos, una disminución del ritmo al que se estaban realizando.Chernomirdin llamó la atención de los ministros sobre el hecho de que una serie de empresas están hoy paralizadas y dijo que éste constituye uno de los principales problemas que exige la intervención del Gobierno. "Hay que buscar vías y encontrar medios para ayudar a estas empresas, que deben comenzar a trabajar y a aportar beneficios al presupuesto estatal", dijo su portavoz, Valentín Serguéyev, citando al primer ministro.
El jefe del Gobierno sostuvo que hay que evitar una confrontación con el nuevo Parlamento y se mostró partidario de acceder a la petición hecha por algunos diputados de la Duma de que el Gobierno informe semanalmente sobre sus actividades.
Paralelamente, a través de la agencia Interfax, trató de enviar un mensaje tranquilizador a Occidente. "Los nuevos nombramientos en el Gobierno no afectarán de ninguna manera el cumplimiento de las obligaciones de Rusia ante sus socios extranjeros. Nuestro país cumplirá, como antes, las condiciones y plazos de pago de la deuda externa acordados con el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y otras estructuras financieras de Occidente", dijo Chernomirdin.
La interpretación de que Chernomirdin ha salido fortalecido frente a Yeltsin con la nueva composición del Gabinete no corresponde a la realidad, según algunos observadores locales, que hacen notar que los ministros clave en cuanto a poder real (Defensa, Interior, Contraespionaje, Espionaje y Exteriores) dependen del presidente y no están subordinados al jefe de Gobierno.
Por otro lado, el periódico liberal Izvestia informó ayer que la fiscalía está terminando de estudiar la petición de incoar proceso contra Zhirinovski,formulada por Kronid Lubarski, conocido luchador por los derechos humanos y vicedirector del prestigioso semanario Tiempos Nuevos. Lubarski envió una extensa carta al fiscal general, Alexéi Kazánnik, conocido por ser un incondicional del presidente Borís Yeltsin, en la que cita una serie de pasajes de La última ofensiva hacia el sur, que demuestran que Zhirinovski "hace propaganda de una guerra agresiva contra Turquía, Irán y Afganistán, vecinos de Rusia".
La propaganda de la guerra está considerado como delito en Rusia, y el artículo 71 del Código Penal establece que "independientemente de la forma en que se haga, es castigada con la privación de la libertad por un plazo de entre tres y ocho años".
Muchos observadores opinan, sin embargo, que incluso si la fiscalía se decide a solicitar el procesamiento, no podrá llevarse a cabo, pues los diputados liberaldemocráticos, comunistas y agrarios impedirán que se prive a Zhirnovski de su inmunidad parlamentaria. Y comenzar ahora un ataque frontal contra el líder ultranacionalista puede tener efectos contrarios a los deseados.
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