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LA CRISIS DE BANESTO

General Electric no venderá su participación en el fondo Corsair

Victoria Carvajal

El accidentado desembarco de J. P. Morgan en Banesto no impedirá al banco norteamericano seguir buscando nuevas entidades financieras con problemas en las que invertir el dinero di los 45 clientes del fondo Corsair. Con un capital de 1.000 millones de dólares (unos 144.000 millones de pesetas), Corsair hizo su primera y única inversión en el banco español, del que ahora es el principal accionista (8%). Uno de los pocos inversores cuya participación en Corsair es conocida, General Electric Pension Fund, no abandonará el fondo por lo ocurrido. El resto de inversores no se han pronunciado, aunque fuentes del banco aseguran que siguen confiando en Morgan.

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Un portavoz del fondo de pensiones de General Electric dejaba clara la posición de la institución: "Somos inversores pasivos. No participamos en la gestión y lo único que podemos hacer es esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos. Mantendremos nuestra participación en Corsair". El fondo de pensiones de la compañía eléctrica, uno de los más importantes en Estados Unidos que cuenta con un capital de 27.000, millones de dólares, posee ahora un 1,5% de Banesto a través de Corsair y de una participación directa.Otro de los fondos presentes en Corsair, Northwestern Mutual Fund, perteneciente a los trabajadores de la octava. compañía estadounidense de seguros, no quiso comentar sobre la posición que mantendrá a partir de ahora. Mientras que algunos analistas creen que la relación de estos inversores institucionales con J. P. Morgan se ha dañado irreversiblemente ante el rápido e inesperado deterioro de su inversión, un portavoz de Morgan afirmó que Corsair seguirá con sus inversiones en bancos problemáticos tal y como estaba previsto desde que se concibió el fondo en 1990.

El sultán de Brunei

El resto de los socios de Corsair, cuya participación en el fondo, no es pública, no se han pronunciado sobre el resultado de esta primera inversión. La mayoría son inversores institucionales estadounidenses y latinoamericanos. La minoría, ricos particulares, como es el caso del sultán de Brunei. Según la Securities and Exchange Comission, órgano regulador de los mercados de valores, este tipo de fondos privados con menos de 100 inversores no tiene la obligación de registrarse.

Corsair, gestionado por J. P. Morgan, recibe su nombre en inemoria del yate propiedad de John Pierpont Morgan, financiero fundador y creador del banco. Escogió Banesto como su primer y, hasta el momento, único puerto de destino. Invirtió 175 millones de dólares (20.000 millones de pesetas), lo que le convierte en su primer accionista y el más afectado por la intervención del Banco de, España el pasado 28 de diciembre.

Este primer fracaso de Corsair ha supuesto un revés a la reputación de Morgan, considerado un banco con gran experiencia en el rescate y asesoramiento de bancos en crisis. Los analistas de la competencia no terminan de explicárselo: "Si Morgan no acierta: en valorar un banco, ¿quien puede hacerlo?".

"Buscarán nuevas inversiones para el fondo. Si hubiera sido la cuarta, no hubiera tenido tanto impacto", opina Mark Gross, de la agencia IBCA, especializada e n calificar el riesgo de las emisiones de los bancos.

Sin embargo, la fracasada, operación de Morgan en Banesto ha puesto en duda el buen funcionamiento de Corsair. La crítica mas común es el conflicto de intereses al que se enfrenta Morgan: Asesora a un banco, del que cobra unas comisiones como cliente, en el que invierte dinero suyo y de otros clientes además de sentarse en su consejo.

Robert Albertson, analista en Goldinan Sachs, no cree que haya tal conflicto: "Es perfectamente aceptable que si Morgan invierte su dinero y el de sus clientes en un banco quiera seguir de cerca la gestión asesorándolo". "Cualquiera se puede equivocar. Lo que está claro es que Morgan no se precipita a hacer algo que pudiera poner en riesgo su reputación", opina James Rosenberg, de Lehman, Brothers.

Ahora, a Corsair no le queda más remedio que esperar varios años antes de retirar su dinero de Banesto para intentar recuperar al máximo su inversión o, cuando menos, minimizar sus pérdidas. En términos estrictamente económicos, el fracaso para Morgan no es muy importante: 17,5 millones de dólares -cerca de la mitad de lo que ha cobrado por sus asesoramiento y las emisiones públicas-. Lo que está en juego es al responsabilidad de cara a sus clientes en Corsair y su reputación.

Corsair es un capítulo más de la incursión de Morgan, banco sólo comercial hasta hace pocos años, en la banca de inversión. Goldman Sachs, Warburg, La zard Fréres y otras entidades de la competencia gestionan también fondos corno éste. Algunas, con un volumen semejante (1.000 millones de dólares), aun que sin concentrarse en una sola, industria. Corsair es el único fondo con un volumen tan importante destinado a invertir sólo en bancos y también de los pocos en los que el banco que los gestiona participa en un 10%. Lo habitual es un 1%.

El fondo fue concebido en 1990 para tomar participaciones "amistosas", de un máximo del 15%, en bancos en mal estado pero con gran potencial de crecimiento gracias a su buena red comercial o su volumen de depósitos.Pese a sus buenos contactos con importantes inversores, el banco tardó dos años en reunir el capital y llegó tarde a la reestructuración de la banca en EEUU. Europa entraba entonces en crisis. Morgan decidió cambiar de objetivo. Banesto, un banco objetivamente en dificultades era, para Morgan, un banco con gran potencial de recuperación.

Al ser un fondo gestionado y promocionado por J. P. Morgan, con gran experiencia en el rescate de bancos, los clientes han invertido animados por las perspectivas de obtener grandes beneficios en un plazo de entre dos y cinco años. Se trata de comprar a bajo precio acciones de bancos que, asesorados y reestructurados por Morgan, multiplicarían su valor en bolsa. El compromiso es a diez años, con una rentabilidad media anual del 30%. Nicholas Paumgarten, procedente del CS First Boston y fichado por Morgan para la presidencia de Corsair, expresó hace un año su fe en el proyecto: "Antes de que se creara el sistema de la Reserva Federal, Morgan actuó como un banco central de facto, dando capital a las instituciones que lo necesitaban, y hasta hace tan poco como en los ochenta prestó dinero a bancos que tenían créditos de difícil, cobro".

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