El Gobierno evitó reprimir el movimiento zapatista antes para preservar el TLC
MIGUEL ÁNGEL VILLENA ENVIADO ESPECIAL Miles de guerrilleros zapatistas tenían prevista la sublevación armada para el pasado 21 de noviembre. En el Día del Guerrillero, cuando se debatía él Tratado de Libre Comercio (TLC) en México, Estados Unidos y Canadá, los rebeldes planeaban tomar varias ciudades de Chiapas y lanzar entonces un llamamiento contra la firma del citado acuerdo económico. Pero unos meses antes, en mayo del año pasado, una patrulla del Ejército descubrió un importante campo de entrenamiento de la guerrilla en la sierra de Cortalchén.
Dos militares murieron en aquel incidente armado y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) tuvo que reorganizarse y trasladar sus bases de instrucción en la selva.
Las tropas federales de México conocen la existencia de la guerrilla, al menos desde esa fecha, pero el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari impidió que actuaran para no frustrar las negociaciones del TLC.
Diez años de entrenamiento y de acumulación de fuerzas, armas y guerrilleros representa mucho tiempo para que el Ejército no detectara la presencia de los zapatistas. La paradoja resulta mucho más evidente si se tiene en cuenta que el general Absalón Castellanos, secuestrado ahora por lo s rebeldes, fue gobernador de Chiapas en los ochenta.
El incidente de Corralchén, en el que participó el mayor Mario, número dos del EZLN, confirmó las sospechas de la inteligencia militar, mexicana que redobló sus esfuerzos para localizar las bases de la guerrilla.
Salinas se limitó a ordenar a los militares que intensificaran sus operaciones de rastreo, pero les prohibió lanzar una ofensiva contra la guerrilla. Según altos cargos del Ejército, el Gobierno mexicano no deseaba enturbiar la imagen del país en el extranjero y, en especial en EE.UU, cuando se debatía el Tratado de Libre Comercio.
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