Revenga tilda de "farisea" la actitud municipal sobre la línea 10 del Metro
El consejero de Transportes, Julián Revenga, calificó ayer de "cínica y farisea" la postura municipal sobre la ampliación de la línea 10 del Metro para hacerla pasar por la estación de Príncipe Pío. Explicó que las trabas municipales al proyecto de construcción de la línea no obedecen a la búsqueda de una mayor rentabilidad social o a la defensa del patrimonio medioambiental de la ciudad, sino al afán de boicotear las infraestructuras promovidas por la Comunidad.El Gobierno regional quiere ampliar la línea 10 del Metro, que discurre entre Aluche y Alonso Martínez, para que tenga parada en la multiestación de Príncipe Pío. Para ello, hay que construir un nuevo trazado entre la estación del lago de la Casa de Campo y la plaza de España, que según el proyecto de la Comunidad, atraviesa mediante un viaducto una esquina de la Casa de Campo, el río Manzanares y la M-30.
El Ayuntamiento, por el contrario, quiere que todo el trazado discurra subterráneo, por lo que mantiene paralizada la ejecución de las obras desde hace seis meses. La concejal de Medio Ambiente, Esperanza Aguirre, propuso esta semana una alternativa que atraviesa en túnel la zona verde.
La multiestación de Príncipe Pío, donde confluyen las vías del Pasillo Verde, el ramal ópera Norte, la línea 6 del Metro y los autobuses del suroeste estará completada a falta de la línea 10 a principios de 1995. Los problemas surgidos con el trazado de esta línea pueden retrasar hasta finales de 1996 la conclusión total del proyecto.
La Consejería de Transportes ha estudiado la alternativa municipal y ha llegado a la conclusión de que no es viable por tres motivos: acusa graves defectos técnicos, encarece el proyecto en 2.000 millones sobre un presupuesto global de 8.000 y perjudica los trasbordos de 40.000 víajeros diariamente. "Con la propuesta municipal se perjudica a 10 de cada 11 viajeros de la línea", argumentó Revenga. Indicó que el trazado que él defiende cuenta con una declaración de impacto ambiental según la cual la superficie de la Casa de Campo que resultaría afectada es de 500 metros cuadrados y 44 árboles. "Es fariseo que pongan objeciones a nuestros proyectos desde el punto de vista medioambiental cuando ellos talan árboles por todo Madrid."
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