El Banco de España fuerza el aterrizaje

Si las explicaciones sobre la situación del banco de los directivos de J. P. Morgan elevaron el ánimo de Conde hasta las nubes, el Banco de España forzó el aterrizaje. Conde y el nuevo consejero-delegado, Enrique Lasarte, se toparon, de pronto, con las recomendaciones de la autoridad monetaria para que el banco mejorara su situación patrimonial. El banco, dice la autoridad monetaria, no tiene más remedio que ampliar sus recursos propios.Es el momento en el que el banco estadounidense J. P. Morgan entra de lleno en Banesto. Diseña una macroampliación de capital -por 130.000 millones de pesetas-, tras la que entra en el accionariado a través del fondo de inversiones Corsair, que gestiona y en el que participa el propio banco de negocios con el 10%. Corsair se convierte así en el principal accionista, con el 8% del capital de Banesto bajo su control.

Pero el optimismo de los directivos de J. P. Morgan no fue lo único destacable de la reunión celebrada el día 27 de noviembre de 1992. El acta de aquella sesión otoñal guarda más sorpresas. El consejo, según consta en los documentos, concedió al consejero Juan José Abaitua, que acababa de ser nombrado miembro de la ejecutiva, un crédito personal por importe de 1.000 millones de pesetas "con carácter transitorio y en condiciones de mercado" para la adquisición de "aproximadamente" medio millón de acciones de Banesto. El interés marcado que se fijó fue el del Mibor (mercado interbancario) a tres meses más un 0,25% con liquidación trimestral y por el plazo de un año.

Contencioso con el Totta

Entonces estaban todavía lejos los acontecimientos que culminarían en la intervención de la entidad el 28 de diciembre de 1993; lejos las cuantificaciones de agujeros; las hipótesis sobre operaciones acordeón y el contencioso del Banco Totta, en el que Banesto sólo declaraba poseer oficialmente el 25%. Las declaraciones posteriores de Mario Conde, reconociendo públicamente una participación en la entidad portuguesa del 50%, provocaron un gran revuelo en Potugal. El Gobierno de aquel país, según publicaba ayer el semanario Expresso espera el informe del Banco de Portugal para tomar una decisión sobre el caso del Totta. En una entrevista del mismo semanario, el secretario de Estado de Finanzas de Portugal, Antonio de Sousa, afirma que la solución del problema, si Banesto tiene efectivamente más del 25% del Banco Totta "no pasará necesariamente por los tribunales".

En otra entrevista, Sousa reconoció que "hay indicios de que los titulares de algunas acciones del BTA no serían, al menos en términos absolutos, propietarios de ellas". Indicios, pero no pruebas, ya que las investigaciones al respecto llevadas a cabo por la Comisión de Seguimiento de las Privatizaciones.