La conversión de la duquesa de Kent al catolicismo reabre el debate Iglesia-corona en el Reino Unido
La duquesa de Kent será aceptada en la Iglesia católica en una ceremonia privada que celebrará el cardenal Basil Hume, jefe espiritual de los fieles católicos en Inglaterra y Gales, el viernes. Su espectacular renuncia a la fe anglicana, anunciada a última hora del miércoles, ha suscitado recelos sobre el futuro constitucional de la monarquía británica y demuestra una vez más el anacronismo de esta institución.
De acuerdo a la legislación vigente, que data de comienzos del siglo XVIII, los monarcas británicos y sus cónyuges deben profesar el anglicanismo. No en vano, la reina Isabel de Inglaterra porta el título de Cabeza de la Iglesia anglicana y Defensora de la fe.La duquesa de Kent, cuyo marido es primo de la reina Isabel, pasará a los anales de la historia como el primer miembro de la familia real que se convierte a la fe de Roma. Anteriormente, otros representantes monárquicos renunciaron a sus derechos de sucesión tras un matrimonio con fieles católicos.
La conversión no implica, sin embargo, la pérdida de los derechos del duque de Kent, que ocupa actualmente el puesto 18 en la línea de sucesión al trono.
El cardenal Hume recordó ayer el carácter personal de la decisión de la duquesa y rechazó conectarla con las debates internos de la Iglesia anglicana. La aprobación de la ordenación de mujeres ha ocasionado un mini-cisma entre los anglicanos.
Por una parte, Roma ha aceptado el ingreso en la fe católica de los miembros más tradicionales del clero anglicano, cuyas ideas son incompatibles con la ordenación de las mujeres. Por otra parte, responsables políticos han anunciado públicamente su abandono de la doctrina anglicana.
La duquesa de Kent, un personaje muy familiar para os aficionados del campeonato de tenis de Winibledon, había dado muestras en el pasado de su defensa de los ideales católicos, entre los que destacan sus críticas al aborto. "Lo ha estado meditando durante mucho tiempo y lo ha consultado con la reina. Piensa que su alma espiritual está con la Iglesia católica", insistió ayer el cardenal Basil Hume.
Aviso a lsabel II
Algunos expertos en temas monárquicos sugieren que la decisión de la duquesa puede marcar el principio de un proceso que concluirá en la división constitucional entre el Estado y la Iglesia.Isabel II ha recibido "una discreta señal, pero muy significativa, sobre la manera en que la Corona debe plantearse sus futuras relaciones con la Iglesia" decía ayer el editorial de The Times, que añadía: "La separación [entre la Iglesia y el Estado] es todavía una perspectiva lejana, pero, aprobando la conversión de la duquesa, Buckingham ha aportado su apoyo implícito al cambio". De momento, sin embargo, habrá que esperar a conversiones de personajes más cercanos a la reina Isabel para hablar de una inminente crisis de las instituciones británicas.
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