Gestos técnicos
Decidieron los gestos técnicos. El control y arranque fulminante de Romario y el zapatazo de Koeman. Dos especialistas abrieron y cerraron el partido. Puesto el 2-0 en el marcador, ya no hubo contienda. El encuentro fue entonces un monólogo del Barcelona. El Madrid sólo estuvo en el campo media parte. Floro sacó una pizarra inédita para parar a un rival muy caliente por el sentir de la grada. Quiso sorprender a Cruyff dejando a Hierro en el banquillo. Y Cruyff picó. Estuvo el Barcelona un cuarto de hora largo perdido. Nadal buscaba a Hierro y se encontraba sólo con Michel. Los azulgrana parecían desubicados. El Madrid le tapaba bien la línea de pase y salía con tino con el balón controlado.No hay antídoto previsto, sin embargo, para los artistas. Romario emergió y sacó al Barca a flote en una jugada. Al Madrid se le vino el mundo encima: un gol a cuestas y Alfonso a la caseta. La lesión del delantero blanco provocó una reorganización táctica que dejó el partido como se preveía antes de que los técnicos lo pintaran. Regresaron todos a sus puestos naturales (Sergi retrocedió hasta el lateral, Goikoetxea pasó a banda derecha, Michel hizo lo mismo, Nadal halló a Hierro y Stoichkov y Luis Enrique se tiraron al flanco izquierdo). El replanteamiento dejó mal parado al Madrid y muy puesto al Barcelona. Fue entonces cuando llegó el gol de Koeman. Todo un maestro en los golpes francos, otro especialista. El Barça compra a los extranjeros para que decidan, y ayer marcaron cuatro de los cinco goles.
Perdido el partido, el Madrid intentó asomar presionando más arriba, y eso significa dejar correr al Barcelona. Es lo que más le gusta al Barça. Guardiola dibuja la jugada y Romario la pinta. Esa es la gran diferencia entre uno y otro. El Madrid es un equipo de largo recorrido, mientras que el Barça resuelve en los últimos metros con sus especialistas extranjeros.
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