Hormaechea asegura que dimitirá si es condenado por prevaricación y malversación
El presidente de Cantabria, Juan Hormaechea, aseguró ayer que si es absuelto del juicio al que se enfrenta a partir del próximo día 2 de febrero, planteará al presidente del Partido Popular, José María Aznar, la conveniencia de recomponer el centro-derecha en Cantabria bajo su exclusivo liderazgo. Por el contrario, si la sentencia es condenatoria, dimitirá. El presidente Hormaechea deberá deberá sentarse en el banquillo de los acusados del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria para responer a las acusaciones de prevaricación y malversación de caudales públicos.El presidente Hormaechea se mostró convencido de que los cuatro tránsfugas cuya abstención resultó decisiva para mantenerlo al frente del Gobierno regional consideraron siempre que los votos por los que obtuvieron sus actas de diputados pertenecen a Hormaechea y no podían traspasarse a Jaime Blanco. "Habían dicho públicamente alguna vez", recordó Hormaechea, "que no debieron nunca abandonar la Unión para el Progreso de Cantabria (Upca)".
A juicio del presidente cántabro, fortalecido en sus posiciones tras el fracaso de la iniciativa socialista, la actitud del PP en Cantabria ha estado muy influenciada hasta ahora por el impacto del juicio a que tiene de someterse. Tras los informes recabados a algunos catedráticos, afirma que "la sentencia tiene que ser absolutoria, porque soy inocente; si se analizaran las adjudicaciones directas que se han hecho por los ministerios en estos años, aparecerían miles de obras y habría que acusar a muchas personas.
Mientras, el derrotado Jaime Blanco aseguraba hallarse muy "respaldado" por los militantes en Cantabria y considera que el fracaso en los últimos siete meses de dos mociones de censura contra Hormaechea no le traerán consecuencias políticas. Sin embargo, los miembros del grupo que lidera el renovador Ángel Duque, se disponen a analizar hoy en Camargo la nueva situación creada para diseñar una estrategia de cara al próximo congreso.
Desobediencia
A Blanco se le acusa de haber "traicionado" las decisiones del propio comité regional y de desobediencia a Felipe González. Blanco, se insistía ayer en ciertos ámbitos discrepantes de la línea oficialista, ha apostado "demasiado fuerte" y debe asumir ahora los riesgos derivados de su actitud. Este juicio no es compartido con el de otras fuerzas políticas, entre ellas el Partido Regionalista, que no suscribió, pero sí apoyó, la moción de censura. Para los regionalistas Blanco adoptó una actitud valiente y de responsabilidad dado el caos político e institucional existente en Cantabria.Por su parte, los líderes sindicales de Cantabria consideran que el debate de la moción de censura fue un espectáculo esperpéntico por los conceptos que se manejaron y los insultos proferidos por Hormaechea, y opinan a la vez que Jaime Blanco cumplió con sus obligaciones afrontando el riesgo de perder su iniciativa.
Especialmente crítico se muestra el secretario general de CC OO, Venancio Diego, para quien con el debate de anteayer en el Parlamento regional se asistió al que llama "el mayor ejercicio de cinismo político" que se puede montar en el transcurso de una ceremonia semejante. "Se han presentado", analiza, "una serie de planteamientos por el PP que insultan la inteligencia del pueblo de Cantabria y evidencian que no se quiere abordar ninguna regeneración política. Lo del impulso democrático no le importa a la derecha regional".
Para Luis Ángel Ruiz Cardin, líder de UGT, la dirección nacional del Partido Popular tiene tanta responsabilidad como Felipe González sobre lo que a partir de ahora ocurra en Cantabria.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.