El portero que plantó a un rey
Los Reyes Magos vallecanos, como los mosqueteros, no fueron tres, sino cuatro. El Baltasar que recorrió ayer la avenida de la Albufera en la cabalgata de Vallecas no fue el que se sentó después en la portada de la Junta Municipal a recibir las cartas de los niños. El primero era un funcionario tiznado. El segundo era el portero negro del Rayo Vallecano, Wilfred.Según la concejal del distrito, Elena de Utrilla, del PP, "un malentendido sobre el lugar donde debía disfrazarse" hizo que Wilfred se enfadara y les dejase plantados. "Pero los Reyes de verdad obraron el milagro y reconsideró su postura", aclaró la concejal.
El desplante del portero decepcionó a parte de las 50.000 personas que presenciaban el desfile. "¡Vaya cabalgata! Primero no me dejan montar en las carrozas por no ir disfrazada y encima no está Wilfred", protestaba Gema, de 10 años. El que no defraudó fue el presidente del Rayo, Jose María Ruiz-Mateos. Desde la carroza de su club y tocado con un gorro de Papá Noel, repartió a mansalva sonrisas y apretones de mano.
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