_
_
_
_

Dos jóvenes roban un coche con dos niñas dentro y luego las abandonan en la calle

Todo quedó en susto, pero Máximo de Castro tardará tiempo en olvidar el momento en que vio alejarse su coche, con sus dos nietas, de ocho y dos años, dentro y conducido por dos atracadores.

Dos jóvenes robaron en torno a las diez de la mañana de ayer el automóvil de Máximo de Castro, un Peugeot 309 de color rojo, cuando éste y su mujer se disponían a comprar el periódico en un quiosco de la Vía Lusitana esquina con la calle de Carrero Juan Ramón, en el distrito de Carabanchel.

Los dos hombres, jóvenes según testigos presenciales, se dieron a la fuga con las niñas dentro del coche robado. Cuando llegaron al Camino Viejo de Leganés, a un kilómetro aproximadamente del quiosco donde habían robado el coche, se detuvieron un instante y las dejaron abandonadas en la acera. Una pareja que pasaba por allí las recogió y las llevó de nuevo al quiosco.

De Castro y su mujer paran cada mañana a comprar la prensa en ese puesto de periódicos de la Vía Lusitana, cuando van de camino a su negocio de mercería en Leganés. Esta vez iban acompañados por sus nietas, que están de vacaciones de Navidad.

El abuelo aparcó a unos cinco metros del quiosco y bajó a comprar el periódico. La abuela salió confiada detrás de él para decirle que comprara un cuento a las niñas. Y se dejaron las llaves de contacto puestas.

Merodeadores

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Robar el coche fue fácil. José María Sánchez, uno de los dueños del quiosco, había visto una hora antes a dos jóvenes de aspecto "no muy maleado", de unos 20 años, merodeando por la zona. No le dieron buena espina, aunque no puede asegurar que sean los mismos que robaron el automóvil, porque las dos puertas que cierran el quiosco impiden la visibilidad lateral. Los dos jóvenes sólo tuvieron que actuar con rapidez. Además, la Vía Lusitana normalmente está muy poco transitada.El robo del coche a pie de quiosco ya se ha convertido en algo familiar para José María Sánchez. últimamente ha tenido ocasión de ser testigo de algunos. El último robo de este estilo sucedió el pasado domingo 19. Un cliente aparcó, se dejó las llaves puestas y también acabó sin su vehículo.

Máximo de Castro vio ayer robar su automóvil, con sus dos nietas dentro y no lo dudó un instante: paró al primer coche que pasó y emprendió la persecución de los ladrones-raptores junto al sorprendido conductor. El intento no tuvo resultados positivos, así que se fue angustiado a poner la denuncia a la comisaría del distrito de Carabanchel.

De Castro no sospechaba que las niñas ya estaban a salvo y sin un rasguño. Después de recorrer un kilómetro con la crías, los ladrones habían preferido deshacerse de ellas. La mayor, de ocho años, indicó a la pareja que las recogió de la calle el lugar del robo, según cuenta el quiosquero. Allí estaba la policía, alertada por una vecina.

Los agentes intentaron trasladar a las dos niñas junto con sus abuelos, que declaraban en la comisaría de Carabanchel. Pero la menor, de dos años, estaba tan nerviosa que se cogió una rabieta tremenda cuando los policías quisieron subirlas a su coche. El encuentro entre nietas y abuelos se produjo en el quiosco, donde había comenzado un mal trago, que ya estaba digerido.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_