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Jóvenes, asalariados, confiados y de alquiler

Los cooperativistas de PSV suman 20.000 en toda España. Su perfil, según los informes confidenciales elaborados por el grupo IGS en los buenos tiempos, responde a las siguientes características: la mayoría son jóvenes (sólo el 20% tiene más de 40 años), solteros en un 41% de los casos, asalariados (91%) y en proceso de emancipación. En los documentos internos de IGS se asegura que su única forma de acceso a la vivienda es la fórmula cooperativa. El gran pecado que muchos de ellos atribuyen a IGS-PSV y por extensión al sindicato UGT es, precisamente, lo que los gestores del grupo consideraban una de sus principales bazas: la confianza que inspiraban unas siglas apoyadas en la historia de un sindicato.José Monreal, trabajador de Citroën, 5,6 millones desembolsados en la promesa de un piso en Valdebernardo (Madrid) asegura que "todos creímos en el sello que aparecía al lado del logotipo de IGS, el de UGT". Monreal pertenece al 19% de socios de la cooperativa que tienen una vivienda en propiedad. En ese sentido, está mejor que la mayoría de los cooperativistas. 34 de cada 100 viven de alquiler. Pagan simultáneamente el alquiler y las letras de PSV. Todo un esfuerzo que en el caso de Emilia Monterroso, aspirante a un piso del Plan 18.000 de PSV, obligó a que dos de sus hijos dejaran de estudiar para trabajar. Emilia ha pagado algo más de un millón de pesetas y está angustiada.

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Recuperar el dinero

Encarna y Julia Arias, de la promoción de El Espinillo han pagado a PSV bastante más, exactamente tres millones de pesetas. Quieren recuperar su dinero "pero no nos lo devuelven, nos dicen que por los estatutos de la cooperativa pueden tardar hasta cinco aflos"- "La gente" asegura Julia "no se acaba de creer lo que está pasando. Todo es de risa". Julia apunta que, pese a todo, hay muchos cooperativistas que no se han enterado de la polémica sobre PSV, "aún confían en que dispondrán de su piso".

Adolfo Alvarado, militante de UGT, de la promoción de Madrid Sur, número de solicitud 206, no disculpa al sindicato por la crisis de su cooperativa, pero tiene una visión del futuro que comparten algunos de sus compañeros: "El sindicato se va a llevar muchas bofetadas, pero las más grandes van a ser para el que finalmente diga que los cooperativistas tienen que poner sobre la mesa más dinero del que se les dijo". Con los ánimos más que encendidos, Carlos Sevilla, de la asociación de cooperativistas de El Espinillo plantea "¿Es que será necesaria una desgracia para que todo se arregle?".

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