_
_
_
_
Entrevista:

"El mundo ya no tiene que temer a Rusia"

VIadímir Zhirinovski se muestra conciliador con el presidente Borís Yeltsin, y afirma que no quiere infligirle una derrota aplastante en una futuras elecciones presidenciales. Le gustaría ajustar las cuentas al antiguo Partido Comunista de la URSS (PCUS), con Mijaff Gorbachov y Edvard Shervardnadze a la cabeza.Pregunta. VIadírnir Volfovich, ¿quiere usted llegar al poder?

Respuesta. He ganado. Ya lo sabía antes: La victoria era inevitable. Toda la población lo ha querido así. Durante dos años y medio viajé por todo el país, y sé lo que desea nuestro pueblo.

P. ¿Cuántos han votado realmente por su partido en la elección por listas?

R. En todas partes, el bloque gubernamental Opción de Rusia está un 10% por detrás de nosotros. Pero realmente obtuvimos un 701/6 de los votos en todo el país. Ahora se intentan manipular las cifras a la baja.

P. Las cifras oficiales indican que usted tiene un 23,2%, y su adversario Gaidar, un 15,7%.

R. ¡Qué va! La verdad no puede ocultarse por mucho tiempo. Somos los ganadores.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

P. ¿Está usted convencido de que se están falsificando los resultados?

R. Por supuesto, los resultados electorales han sido manipulados.

P. ¿Es Borís Yeltsin su oponente político número uno? ¿Quiere usted ser presidente?R. Borís Nikoláievich ha cambiado en los últimos tiempos. Se ha aproximado a las fuerzas patrióticas y se pone más abiertamente del lado de Rusia. En los últimos años, su propio equipo le llevó en repetidas ocasiones a cometer errores: Malos consejeros como Búrbulis, Gaidar, Chubais, Kózirev. El propio Yeltsin no deseaba todos los acontecimientos negativos que tuvimos que vivir.P. ¿Podría Yeltsin, al final, incluso alegrarse de su triunfo?

R. Dentro de poco seré recibido por él. Si hay unas elecciones presidenciales, seguro que participaré. Pero no deseo a toda costa infligir una derrota aplastante a Yeltsin. Él hizo todo lo posible. Los errores son culpa de su equipo.P. Si ahora empieza a alabar a Yeltsin constantemente, sus electores podrían sentirse decepcionados.

R. Eso no va a ocurrir. Nuestra actitud sigue siendo dura: Estamos contra la URSS, contra la CEI [Comunidad de Estados Independientes], por una economía mixta, pero sin destrucción del sector estatal en la ciudad y en el campo, contra la disolución de Jos kogoses. Estamos a favor de la protección de todos los rusos, a favor de unas fronteras seguras. Toda la mafía procedente de las regiones meridionales debe ser exterminada: Todas las ciudades de Rusia deben ser limpiadas de esa mafía. En nuestro programa no hemos exigido otra cosa, y eso sigue siendo válido.

P. ¿También las promesas a la industria de armamento?

R. Hay que detener inmediatamente la reconversión a la producción civil. La industria de armamento tiene que volver de una vez a construir submarinos, que podemos exportar por 200 millones de dólares cada uno.P. Usted ha anunciado el fin de la americanización de Rusia, la recuperación de las viejas fronteras del imperio y la recuperación incluso de Finlandia. ¿Se inspira usted con esos planes en los nacionalsocialistas alemanes?

R. No nos inspiramos en nadie. Hoy no necesitamos para nada a Polonia ni a Finlandia...

P. ¿Y mañana?

R. Las necesitaremos igual de poco que esas engañosas imágenes americanas que se le presentan a mi pueblo diariamente en los anuncios de televisión.

P. ¿A quién quiere usted a usj

tar las cuentas si llega al poder? ¿Quién tiene en su opinión la culpa del declive de Rusia?

R. El antiguo Politburó del PCUS, con Gorbachov y Shevardnadze a la cabeza. No queremos un derramamiento de sangre: Que Gorbachov vuelva allí de donde ha venido, a su pueblo de Stavropol, donde antes conducía tractores.

P. ¿Cómo quiere usted cumplir su promesa electoral de elevar en un 100% el nivel de vida de los rusos en seis meses?

R. El próximo 11 de enero, en la primera sesión de la Duma, exigiré la suspensión inmediata de la ayuda a los Estados vecinos. Esto supondrá automáticamente una mejora del 30% en el nivel de vida.

P. Sus oponentes envidiaban su amplia propaganda electoral. ¿Cómo es que su partido tiene tanto dinero?

R. No somos un partido pequeño. A nivel nacional somos el partido más grande, con cientos de organizaciones de base, cientos de miles de militantes y millones de simpatizantes. En las cajas del partido tenemos más de 1.000 millones de rublos, qué proceden en su totalidad. de donativos de gentes sencillas.

P. ¿No hay grandes donativos de protectores que, por el momento, prefieran permanecer en la sombra?R. Ni un solo rublo tiene un origen turbio. En las elecciones presidenciales de 1991, 6.211.000 personas me dieron su voto. Si cada uno de ellos donara sólo 200 rublos, la mitad de lo que cuesta un paquete de cigarrillos, tendríamos inmediatamente 1.200 millones de rublos en nuestra caja. ¿Y quién no realizaría ese sacrificio por el líder al que quiere?P. ¿Quiénes son sus modelos?R. Personajes del gran pasado ruso: Piotr Stolipin, Alejandro II, los generales Suvorov, Kornilov, Shukov. Allí están colgados sus retratos: Eran auténticos patriotas rusos. Hace 120 años, nuestra Rusia era así de grande [señala el emblema de su partido, que muestra el imperio de los zares cuando aún incluía Alaskal. En aquel entonces, Rusia era el país más poderoso y democrático del mundo. Estoy orgulloso de ello.

P. Era un país, como escribía Iván Turguénev, "en el que ya no había ley alguna", una situación que recuerda a la actual. Su nostalgia de la grandeza territorial asusta a todos los vecinos.

R. Queremos una amistad sincera con los otros países, especialmente con Alemania. Los alemanes y los rusos no deben volver jamás a luchar entre ellos. Nosotros queremos las mejores relaciones de amistad posibles.

P. ¿Un eje nacionalista Moscú-Múnich, entre Zhirinovski y su amigo Gerhard Frey, el editor del periódico de extrema derecha National Zéitung?

R. Bueno, Frey fue amable al invitarme. Antes visité al FDP [Partido Liberal de Alemania], pero en 1991 esa amistad acabó repentinamente. Y entonces llegó la oferta de Frey. Durante dos días estuvimos juntos en Múnich y hablamos en profundidad. No pasó nada más.

P. ¿Espera usted recibir más atención a raíz de las elecciones?

R. El embajador argentino me acaba de invitar a visitar su país. También visitaré Australia, y a los conservadores de Suráfrica. Pero todas serán visitas de cortesía.

P. ¿Tiene usted otras intenciones en política exterior además de visitas de cortesía?

R. Fomentaré la cooperación más amplia que Rusia haya tenido nunca con el mundo. Sólo así será posible acabar con la confrontación militar. Mi deseo más ferviente es que los últimos soldados rusos abandonen pronto suelo alemán; pero también tienen que irse todos los estadounidenses. No puede quedar ninguna base militar extranjera en suelo alemán. Alemania tiene que ser libre sin limitaciones. Y ningún alemán de Rusia tiene que emigrar a Alemania. Al contrario: Los campesinos alemanes podrían encontrar su felicidad entre nosotros.

P. Ahora está usted volviendo al siglo XVIII. Los tiempos no parecen muy adecuados para esta petición de colonos, siguiendo el modelo de- Catalina la Grande.R. Sí, a mí me gustaría que vinieran cientos de miles. Por ejemplo, en la zona de Moscú. Daríamos a cada uno 30 hectáreas, gratuitamente, y nos ocuparíamos de que tuvieran las mejores condiciones para trabajar por el bien de Alemania y de Rusia. Pueden venir hoy mismo. Las casas están listas y la infraestructura está preparada, incluidas las conexiones telefónicaP. La noche electoral declaró usted que había finalizado el tiempo de la inestabilidad. ¿Adónde quiere llevar a Rusia?R. El mundo ya no tiene que temernos. Nunca más partirá de suelo ruso un peligro para los demás: no habrá reivindicaciones

territoriales ni intervenciones militares, y se respetarán plenamente todos los tratados internacionales. Rusia será un país europeo civilizado, abierto al mundo, sin gulag, sin represalias, sin estalinismo ni, Dios no lo quiera, fascismo. Sólo democracia.

P. ¿Quién va a creer eso cuando usted acaba de animar a los alemanes a recuperar sus territorios orientales en Polonia?

R. Soy un demócrata. Me he licenciado en dos facultades de la Universidad de Moscú, y mi padre lo hizo en dos facultades de la Universidad de París. Yo siempre me he comprometido con la democracia.

P. El día de las elecciones se refería usted a sí mismo como jefe de Gobierno. Ahora ya no aspira a tanto. ¿Qué papel quiere usted desempeñar en la dirección de Rusia?

R. El presidente debería darnos un par de carteras ministeriales.

P. ¿Cuáles?

R. Las más importantes: Defensa, Seguridad del Estado, Policía, Relaciones Exteriores... Participaremos en el Gobierno en cualquier forma que se nos ofrezca. Si la gente de Yeltsin trata de engañarnos, no lo conseguirá más que unos pocos meses. Como muy tarde en primavera ocuparemos todos los puestos decisivos del poder en el Gobierno ruso.P. Con ello entregaría el Estado a un hombre al que los colaboradores de Yeltsin consideran un fascista.

R. Naturalmente, el equipo de Yeltsin defenderá sus privilegios.

P. En el Parlamento, lo que cuentan son las mayorías. ¿Con quién quiere usted aliarse?

R. Sólo con el movimiento de las mujeres. Es la fuerza política más neutral.

P. ¿No quiere usted unirse a los comunistas?

R. Eso no le gustaría a Yeltsin. ¿Y para qué vamos a iniciar un conflicto con el presidente si nosotros mismos no queremos saber nada de los comunistas? Estamos contra los comunistas lo mismo que estamos contra el grupo gubernamental Opción de Rusia. Pero no tendríamos ninguna objeción a participar en un Gobierno de coalición.

P. Su generosidad nos sorprende. Parece usted un lobo con piel de cordero.

R. Nuestros oponentes han provocado tensiones de forma continua, amenazándonos con la exclusión de las elecciones, con una reducción del tiempo de antena en televisión.... Por eso éramos más duros. Después de la victoria podemos estar un poco más relajados.

P. ¿Así que sus ataques durante la campaña contra enemigos interiores y exteriores no iban tan en serio?

R. Sí, sí que iban en serio.

Der Spiegel

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_