Los socialistas creen que el Partido Popular no quiere pactar el "impulso democrático"

El portavoz del Grupo Socialista en el Senado, Bernardo Bayona, considera inconcebible el "revuelo" que ha montado el PP por la decisión de su partido de abstenerse en el pleno del Senado del próximo día 11, cuando se vote una enmienda de CiU para potenciar el empleo de las lenguas oficiales en la Cámara alta.El PP amenaza con oponerse a la reforma global del Reglamento de esa Cámara, que se votará ese día, si se le pone en situación de quedar en solitario en contra de esa propuesta nacionalista. Los populares decidieron no seguir adelante en las conversaciones del llamado impulso democrático hasta que no se retire la enmienda.

Bayona reiteró que su partido sigue manteniendo el compromiso de rechazar todas las propuestas a esta reforma que no sean consensuadas por todas las fuerzas parlamentarias. La desavenencia viene porque todos los grupos habían pactado que las lenguas oficiales se utilizarían en determinadas ocasiones, al inicio de la legislatura y en la Comisión de Autonomías. La enmienda de CiU propone que la Mesa del Senado pueda decidir, cuando así se lo proponga algún grupo, la utilización de dichas lenguas en otras ocasiones.

El PSOE, en vez de oponerse de entrada a esa enmienda, seña16 que se abstendrá lo que se interpreta como una cierta concesión a sus aliados catalanes.

La reacción del PP de bloquear todas las medidas de impulso democrático e incluso de votar en contra de la reforma global del Senado, ha sido interpretada por el portavoz socialista como una excusa de un sector del PP, que no desea alcanzar ningún acuerdo con el PSOE, y que ha utilizado esta situación como un pretexto para "torpedear" las negociaciones que mantenían ambas formaciones.

Estos dos sectores, según opinó, también mantienen importantes discrepancias en cuanto al uso de las lenguas cooficiales en el Senado.

Manuel Fraga y Vidal-Quadras, máximos representantes populares en Galicia y en Cataluña, representarían el sector más favorable a estas reivindicaciones lingüísticas, mientras que el presidente de Castilla y León, Juan José Lucas, lideraría el sector reticente, según la versión socialista.