Zhirinovski exige el fin de la reforma económica
P. BONET / S. SERRANOEl ultranacionalista Vladimir Zhirinovski, vencedor en las elecciones celebradas el domingo en Rusia, pidió ayer el fin del proceso de reformas económicas iniciado por el presidente Borís Yeltsin en enero de 1992, pero al mismo tiempo estuvo extremadamente respetuoso con el presidente y mostró su predisposición a colaborar con él. "En su interior", dijo refiriéndose a Yeltsin, "tiene una actitud positiva hacia nuestro partido". El líder ultranacionalista comentó que entrará a formar parte del nuevo Gobierno ruso si se lo pide el presidente Yeltsin.
Tras la victoria en las urnas, su estreno ante la prensa internacional fue espectacular. Nadie se quería perder el nacimiento de un dictador. Hasta que subió a su Mercedes para irse, decenas de cámaras no pararon de enfocarlo. Con el cuello adornado por una pajarita y acompañado de ocho miembros de su Gabinete en la sombra, estuvo en todo momento dominador.Zhirinovski lanzó miradas asesinas a varios periodistas que le hicieron preguntas difíciles y se permitió chistes machistas: "En nuestro partido hay suficientes hombres fuertes y capaces, en todos los sentidos, de entrar en coalición con Mujeres de Rusia", el otro grupo que ha sorprendido por sus excelentes resultados.
Por salvar a Rusia, dejaremos a un lado los estrechos intereses de partido", comentó después de mostrar su disposición a pactar con cualquier grupo de la nueva Duma, desde los comunistas a la coalición reformista Opción de Rusia, que ha llamado a la creación de un frente antifascista. Zhirinovski manifestó que el Partido Liberal Democrático de Rusia (PLDR) que encabeza formará parte del Gobierno si se lo pide Yeltsin o hará una "oposición constructiva" en la Cámara si no es así, porque entiende que eso es una prerrogativa del presidente.
Pero a lo que se opone de manera frontal es a que sigan en el Gabinete el ministro de Asuntos Exteriores, Andréi Kózirev, y dos de los máximos impulsores de la reforma económica, el viceprimer ministro Yegor Gaidar y Anatoli Chubáis, responsable de la política de privatización.
"Me gustaría que el 11 de enero", fecha de la constitución del nuevo Parlamento, "el líder del partido ganador [él mismo] dijera que los tiempos de confusión han terminado, igual que las reformas que perjudican a nuestro pueblo", comentó Zhirinovski después de tender otro cable hacia Yeltsin: "Nuestra colaboración comenzó cuando en mayo pasado el presidente pidió a los partidos ideas sobre la nueva Constitución. Varios puntos que propusimos fueron recogidos".
"Guerra a la criminalidad"
El líder fascista abogó por una economía estable con "predominio del sector estatal" y anunció que sus primeras medidas en caso de gobernar serían "declarar la guerra a la criminalidad", acabar con cualquier tipo de ayuda económica a otros países -incluidas las repúblicas ex soviéticas- y paralizar la reconversión de la industria militar, que debe ser potenciada.
Sus planteamientos imperialistas, que en el programa de su partido se concretan en la propuesta de "reconstruir Rusia sobre las fronteras, por lo menos, de la Unión Soviética", fueron cuidadosamente evitados. Con todo, expuso su teoría de que no va a ser Rusia quien anexione los Estados de la antigua Unión Soviética, sino ellos los que "con lágrimas en los ojos van a suplicar volver a formar parte de Rusia".
También negó cualquier planteamiento antisemita. Sólo se le escapó un destello de racismo cuando se mostró de acuerdo "con la gente que está cansada de ver por televisión presentadores de otras nacionalidades y le gustaría que desde la pantalla le miraran bondadosas caras rusas que le hablaran en correcto ruso".
En medio de la lectura de extraños telegramas de felicitación y después de que se acercara hasta el líder el joven rapado que propone para ocupar el Ministerio de Seguridad, a Zhirinovski se le escapó su añoranza por el KGB, teóricamente desaparecido. "Hay que fortalecer el KGB", dijo, "porque cualquier país del mundo ha de tener un buen sistema de seguridad. No debe apoyar a un partido sino servir a los intereses de Rusia".
Hizo un canto a la actuación del Ejército en los enfrentamientos del 3 y 4 de octubre: "En aquel momento de conflicto se opuso a la guerra en Rusia".
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