Carlos III cruzó la ciudad para pasar la Navidad en la Puerta del Sol

Carlos III cabalgó ayer por un Madrid desconocido para él a bordo de un camión de 17 metros de largo. La estatua ecuestre del monarca, que abandonó a primera hora de la mañana la fundición de San Blas donde nació, ha quedado instalada temporalmente en una plataforma de dos metros de altura en la Puerta del Sol. En este lugar, y hasta el 26 de diciembre, los ciudadanos que lo deseen podrán participar en un referéndum municipal que determinará su emplazamiento definitivo. Las opiniones, por el momento, están divididas.

La estatua de bronce de Carlos III ha tardado nueve meses en ver la luz. Los escultores Miguel Ángel Rodríguez y Eduardo Zancada han contado con la supervisión de la Academia de Bellas Artes. "Ha sido un milagro, hemos trabajado a marchas forzadas", señaló Zancada. Hueca por dentro, la estatua pesa dos toneladas y media, con un grosor de cinco milímetros. Para reproducir el risueño rostro regio, los artistas se inspiraron en dos cuadros del Museo del Prado, uno de Goya y otro de Mengs.La estatua, que ha quedado subida en una plataforma de dos metros de altura y de 50 metros cuadrados, todavía no tiene pedestal. "Hay qué encargarlo. Costará unos 15 millones de pesetas. No sabemos todavía si será barroco o moderno. Un pedestal es una cosa muy seria y no estará listo antes de seis meses", dicen los autores. "Mientras tanto, la imagen ecuestre del monarca permanecerá guardada en la antigua Escuela de Cantería de la Casa de Campo", explica Pedro Ortiz, concejal director de la empresa municipal Promadrid.

Tertulias

Los madrileños, desde hoy y hasta el próximo 26 de diciembre, podrán elegir mediante votación los emplazamientos que prefieran para el monumento al monarca. Cinco fotomontajes, situados a los pies del monumento, les ayudarán a decidirse. En ellos se plasmará cómo quedaría la estatua en varias zonas de la capital. Estos lugares han sido seleccionados mediante una encuesta realizada entre personajes de la cultura y expertos en urbanismo.Muchos de los ciudadanos que se concentraron ayer en torno a la estatua parecían conformes con la idea: Carlos III se merece un monumento en Madrid. "En mitad de la Puerta del Sol, para que controle a Leguina", decía una vecina. "Sí, pero mirando a la calle Mayor para que no pierda ojo a Manzano", reflexionaba otra. Y es que a la mayoría le gusta este céntrico lugar para instalar la estatua ecuestre. "Si la ponen en el Palacio de Oriente nadie la visitará, en cambio aquí todos tendrán que verla, aunque sea en fin de año por la televisión".

Desde primeras horas de la mañana, el monumento al rey ilustrado consiguió recuperar las tertulias madrileñas. "Fíjate si era buen rey que con sólo verle ya congrega vecinos". A lo largo del domingo, multitud de madrileños se dieron cita al pie de la figura de bronce. "Pero, ¿no decían que hablaba?", preguntaba alguien. "¿Dónde está la antena?", inquiría otro. "Yo la llevaría a la plaza de la Villa, porque fue un gran alcalde para Madrid y, por tanto, ése es el lugar que le corresponde", añadía un anciano.

Una recatada vecina, sin embargo, permanecía callada entre los reunidos. Al cabo de un rato se decidió a dar su opinión. "Yo creo que lo mejor es llevarla al Retiro. Porque por aquí pasan muchos niños y se fijarán en que es un caballo y no una yegua. ¡Podían hacer las cosas con más disimulo!".

El concejal Pedro Ortiz estima que votarán unas cincuenta mil personas. Sin embargo, la decisión de la mayoría será simplemente indicativa. El Ayuntamiento se reserva el derecho de elegir la ubicación definitiva. Mientras Carlos III esté en la Puerta del Sol cuenta con un seguro de 23 millones de pesetas, el mismo valor de la estatua, por el cual el Ayuntamiento ha pagado alrededor de 150.000 pesetas.