Un 0,7% de solidaridad
El PSOE habló mucho de solidaridad en las últimas elecciones, pero, una vez ganadas, la magnética palabra desapareció del vocabulario político. No estaba mal como declaración de buenas intenciones; la gente creyó que ahora iba en serio y varios millones de votantes apostaron por una renovada "solidaridad socialista".Hay cada vez más hambre y pobreza en el mundo, y ésa es también una cuestión de solidaridad, y además, urgentísima. Del 0,7% del PIB solicitado por la ONU ya en 1972, y en la Cumbre de Río de Janeiro en 1992, España sólo contribuye con el 0,23% para aliviar la hambruna humana a nivel planetario.
Los países en vías de desarrollo están a punto de descarrilar y cuentan por millones sus víctimas de hambre, enfermedad y miseria. Muchos colectivos lúcidos vienen denunciando esta situación con insistencia. Ahora, hace 19 días, un grupo de personas ha iniciado una huelga de hambre (calle de Azcona, 53, Madrid), comprometiendo sus vidas en demanda del 0,7% para 1994. Para ellos, la solidaridad es una actitud vital y no una palabra de diccionario. No ha habido muchos grandes políticos (exceptuando a Gandhi) que hayan llegado a comprometerse así por una causa, y los pequeños (esos de andar por casa) se indignan con la sola idea de sacrificar un poco los ingresos mensuales que todos les pagamos.
Los millones de hambrientos del mundo mueren por huelgas de hambre obligada a las que los hemos condenado a lo largo de la historia, y si todavía esperan comer de la "solidaridad socialista", mucho me temo que tendrán que conformarse con masticar y digerir el discurso progresista de los políticos, sazonado, eso sí, con hermosas y solidarias palabras.-