'Rap' a ritmo de ametralladora
Raperos con problemas judiciales triunfan con canciones de una violencia gratuita
Ya tiene un nombre propio como género musical diferenciado: es el gangsta rap, el rap de los gánsteres, escrito tal como se pronuncia vulgarmente en inglés la palabra gangster.El gangsta rap, cuyas letras giran en torno a la violencia entre bandas armadas de afroamericanos, ha dado tan mal nombre al rap en los últimos meses que algunas emisoras de radio y revistas especializadas como The Source ya han empezado a boicotearlo.
Se trata de canciones compuestas e interpretadas por raperos que, por lo general, han tenido o tienen graves problemas con la justicia. La nueva incorporación al club es la de un tipo llamado Snoop Doggy Dogg, que si está en la calle promocionando su nuevo disco Doggiestyle es porque ha pagado un millón de dólares de fianza por una acusación de asesinato. Aparentemente, el rapero ayudó a escapar en coche a su guardaespaldas después de que éste matase a un hombre.
Doggy Dogg, que tiene 22 años y considera los disturbios de Los Ángeles del año pasado como "días felices", espera convertir su disco en un superventas con raps como éste: "No me hagas coger la ametralladora y... rat-rat-rat...".
La tradición se originó en 1987, cuando Ice-T lanzó lo que se considera el primer disco de gangsta rap, Rhymepays. Cinco años después, la Warner se vio forzada a retirar la canción Cop killer (asesino de policías) de uno de los discos de Ice-T. Desde entonces, grupos como Public Enemy o Niggaz With Attitude y su cantante Kazy-E han ampliado el objeto de su odio a las mujeres de su propia comunidad, a quienes se refieren constantemente en sus canciones como bitches (zorras).
Cuando el rock and roll irrumpió en el mercado musical de los inocentes años cincuenta, también los bienpensantes se rasgaron las vestiduras y vieron tras los contoneos de Elvis los cuernos del mismísimo Satanás. Pero el problema con el gangsta rap de los noventa es que sus intérpretes están llevando a la realidad los radicales mensajes de sus canciones.A principios de noviembre de este año, Flavor Flav, el cantante de Public Enerny, fue detenido por pegarle un tiro a un vecino de su edificio. Public Enerny cuenta entre sus mayores éxitos una canción titulada 911 is a joke (algo así como El 091 es una coña), y el año pasado grabaron un vídeo en el que simulaban matar a varios miembros del Gobierno del Estado de Arizona. Flavor Flav ya había sido detenido en 1991 por pegar una paliza a su novia.
El 31 de octubre pasado otro rapero se las vio con la justicia. Tupac Shakur, que aparece en la pelicula Poeticjustice junto a Janet Jackson, fue detenido por disparar sobre dos policías en Atlanta. Días después se le acusó de abusar sexualmente de una mujer en un hotel.
Los casos particulares de estos cantantes son tan sólo una pequeña parte de un fenómeno generalizado: el gangsta rap es ya todo un género musical, una forma de vestir, de hablar y de maltratar fisica y verbalmente al projimo.
El reverendo y activista social Jesse Jackson ha advertido que va a encabezar una campaña contra las casas de discos que promocionan a estos cantantes. "Es una música que hace apología de la autodestrucción", ha afirmado Jackson.
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