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Los cachorros de Arzalluz

Tras el asesinato de Goikoetxea, los jóvenes del PNV se sitúan "siempre enfrente" de los radicales

Desde el asesinato del sargento mayor de la Ertzaintza Joseba Goikoetxea, los jóvenes del Partido Nacionalista Vasco se han dado pocos momentos de respiro. Noche tras noche se han echado a la calle para denunciar con carteles, tiras y pintadas al diario Egin, a HB-KAS y, por supuesto, a ETA.No es la primera vez que fijan en las paredes acusaciones de grueso calado contra el mundo de la violencia, pero en esta ocasión losjóvenes de Euzko Gaztedi (EGI) han hablado de autodefensa, han reiterado el arriesgado juicio de que "tan asesino es el que pega el tiro como el que lo aplaude y apoya con su voto a HB" y han colocado carteles con expresiones como "Joseba, norbaitek ordainduko du" (Joseba, alguien pagará).

Tras las sucesivas llamadas a la calma de la dirección del PNV y la recomendación de su presidente Xabier Arzalluz de "pasar este trance sin odios" -Arzalluz, más líder todavía entre las filas de EGI-, los ánimos parecen haberse atemperado bastante en el seno de esa organización juvenil que dice contar con 5.000 militantes y que carece de presidente y secretario general. Gotzon Bilbao, de 24 años; Patxi Agirre, de 27, y Jon Urresti, de 26, responsables de las organizaciones juveniles de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava, respectivamente, explican que la autodefensa quiere decir, en su caso, que, "a partir de ahora, HB nos va a tener enfrente constantemente".

El atentado contra el sargento mayor Goikoetxea, militante desde antiguo del PNV, ha sido interpretado también por Eusko Gaztedi como un ataque directo al partido. "Las cosas han cambiado", dice Gotzon Bilbao; "antes quedaba un punto de luz, una posibilidad de encuentro, y ahora no queda nada. Vamos a denunciarles de manera sistemática, no vamos a caer en el juego del enfrentamiento civil que ellos buscan, pero tampoco vamos a quedarnos indiferentes ante ataques como el de Goikoetxea".

Duro lenguaje

De momento, las juventudes del PNV han endurecido su lenguaje con términos de trazo grueso. "Las organizaciones de HB-ETA-KAS son una gran mafia y Egin es un instrumento de esa mafia que lo mismo sirve para marcar a las potenciales víctimas que para desbaratar operaciones policiales. No se puede entender", indican, "que en un Estado de Derecho exista un medio de comunicación al servicio de una mafia terrorista".

Su beligerancia creciente contra la violencia de ETA ha empezado a darles cierto protagonismo en los ambientes juveniles, donde dicen observar "un trasvase del rechazo pasivo al rechazo activo" y les le ha llevado a algunos encontronazos con sus homólogos de Jarrai, las juventudes de KAS-HB. "No sólo enfrentamientos verbales; hace tres años, en las fiestas de Bilbao, dos militantes nuestros de la comparsa Gogorregi (Demasiados duros) fueron agredidos y terminaron en el hospital".

Elogian abiertamente a organizaciones como Gesto por la Paz y hablan de la responsabilidad de los jóvenes en poner fin a la violencia y de la necesidad de "sacudir todas las conciencias de la ciudadanía vasca". Formadas, en su gran mayoría, por hijos de familias del PNV, las organizaciones de EGI rechazan la imagen del "partido tradicionalista vasco", y la figura del maestro y fundador Sabino Arana no despierta en ellos encendidas adhesiones, aunque, desde luego, sí un claro reconocimiento.

"Son tiempos distintos, imposibles de extrapolar; de la figura de Sabino nos quedamos con la idea 'Euskotarraren aberría Euzkadi da' (Euskadi es la patria de los vascos) y su defensa del euskera", dice Agirre.

Ciertamente, las juventudes del PNV, como buena parte de los afiliados de ese partido, dificilmente podrían hoy ser asimilados con aquel grupo de 19 jóvenes, estudiantes en su mayoría, que en 1901 dio origen, en el café Hendaya de la capital vizcaína, a la Juventud Vasca de Bilbao, precursores del actual Euzko Gaztedi (EGI).

Los sucesores de aquellos pioneros se declaran desde hace 10 anos son objetores, y últimamente se oponen a los ejércitos, a cualquier ejército, "incluido, por supuesto, un hipotético Ejército vasco, que es algo verdaderamente incongruente con la unidad europea".

Identidad

Partidarios de los anticonceptivos, de las campañas de preservativos y de la libertad sexual, el aborto suscita entre ellos posiciones bien dispares. La vinculación de su partido a la Democracia Cristiana es asumida como un alineamiento estrictamente político de escaso compromiso personal.

Formales, con apariencia de futura clase dirigente, los jóvenes de EGI beben los vientos de la política por boca de Xabier Arzalluz y son de los que dicen que hay que gritar "Gora Euskadi" cuatro días al año y trabajar y prepararse para el futuro los 361 días restantes.

La consigna "Euskara eta tecnología", que Xabier Arzalluz repite año tras año en las campas de Salburua, cerca de Vitoria, ante los 8.000 jóvenes nacionalistas que se concentran en el Alderdi Eguna (Día del Partido) ilustra el propósito de salvaguardar la identidad en el futuro y encaja perfectamente en la filosofila de unos dirigentes en ciernes que se quejan de la "excesiva politización de la Universidad vasca".

Al contrario que otros dirigentes de su propia organización que meses atrás, en un debate televisado, negaron la consideración de vascos a los no nacionalistas, los máximos responsables de las juventudes del PNV se atienen a la letra del Estatuto de Gernika, al margen de los juicios que pueda merecerles el vasquismo de los partidos de ámbito estatal. "Ser nacionalista es defender una Euskadi libre, el sentimiento de lo propio, que seamos dueños de nuestros destinos".

"No entendemos que partidos como el PSE puedan celebrar el Aberri Eguna (Día de la Patria) mientras no reconozcan que Euskadi es su patria". Tras subrayar que la juventud vasca es bastante plural, Jon Urresti apunta que, por lo demás, los jóvenes vascos, "son similares a los españoles". "Bueno, bueno", interviene Patxi Agirre, un punto escandalizado, "hay una mayor identificación con su país y hay valores como el resurgir del pacifismo".

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