Una asamblea de juristas critica a Belloch por buscar un pacto "por arriba"
El III Congreso / Asamblea de Gentes del Derecho, al que asisten unos 400 juristas progresistas, comenzó ayer en Santiago de Compostela bajo el signo de las críticas al ministro de Justicia, Juan Alberto Belloch.Las críticas reprochan a Belloch que prefiera realizar con las cúpulas jurídicas, en vez de buscar el acuerdo con las bases, el pacto de Estado sobre la justicia que ha propuesto públicamente. Por su parte, el catedrático de Derecho Constitucional y diputado de Izquierda Unido Diego López Garrido, ofreció un amplio programa de propuestas para aproximar la justicia a los ciudadanos.
La Federación de Asociaciones de Juristas Progresistas, organizadora del encuentro bajo el lema La Constitución exige mucho más, mostró ayer su satisfacción por la presencia de la subsecretaria de Justicia, Margarita Robles, pero consideró que no es suficiente para salvar la ausencia de Belloch. Uno de los organizadores del congreso, el abogado gallego Rafael Bárez, viejo luchador por la democracia y amigo personal de Belloch, expresó su disgusto ante el anuncio de que no asistirá el ministro de Justicia.
Bárez reprochó al titular de justicia que su ambicioso programa de reformas quiera realizarlo "mediante un pacto de Estado con las cúpulas de los agentes jurídicos y no con las bases, que somos nosotros".
Miembros de Jueces para la Democracia, asociación de la que procede Belloch, consideraron "poco hábil" por parte del ministro el distanciamiento de sus bases naturales y recordaron que ese fue el camino seguido por el magistrado Fernando Ledesma como primer ministro de Justicia del Gobierno socialista.
Autocrítica
Otras fuentes de la federación mostraron también su malestar por la falta de ayuda económica del Ministerio de Justicia para la celebración del congreso, a pesar de las promesas de su titular. Algunos organizadores recordaron el papel protagonista desempeñado por Belloch en anteriores encuentros, como el celebrado hace tres años en Valencia.Los debates se iniciaron con una intervención del magistrado Perfecto Andrés, muy autocrítica con los profesionales de la justicia y cáustica hacia el poder. López Garrido, por su parte, analizó las causas de la ineficacia de la justicia y las nuevas necesidades que le corresponde resolver y propuso soluciones, en la línea de aproximar la justicia al ciudadano para que solucione mejor sus conflictos.
Ante un proceso obsoleto, unos jueces legalistas, burocráticos y lejanos, una oficina judicial poco operativa, "el calvario de las ejecuciones de sentencias" y una Administración que no quiere ser controlada, y ante los retos de los conflictos económicos y la delincuencia organizada, López Garrido lanzó una batería de soluciones, que sometió al debate de la asamblea.
