LA REFORMA LABORAL.
La reforma cierra el futuro de miles de jóvenes y les condena a la marginalidad, según los sindicatos
A partir del próximo enero, las empresas españolas, independientemente de su tamaño, podrán volver a tener aprendices. Es una de las novedades de la reforma de la contratación aprobada ayer por el Gobierno mediante un decreto-ley que tendrá su desarrollo reglamentario con el nuevo año. El resto de la reforma laboral, que incluye cambios sustanciales en negociación colectiva y despido, se tramitará como ley, igual que las empresas de trabajo temporal. La nueva contratación fue ayer duramente criticada por los sindicatos. El Banco de España, en un gesto interpretado como de claro apoyo al proyecto del Gobierno, bajó ayer 0,25 puntos el tipo de interés.
Los nuevos contratos entran en vigor en enero, y la flexibilidad del despido, en primavera
El contrato de aprendiz y las modificaciones en el marco de contratación temporal se publicarán en el Boletín Oficial del Estado el próximo martes, pero no entrarán en vigor hasta enero, una vez el Gobierno tenga a punto los reglamentos que desarrollan el decreto-ley aprobado ayer. La reforma del despido y de la negociación colectiva se empezarán a aplicar en la próxima primavera, que es cuando se prevé que termine el trámite parlamentario del anteproyecto de ley que reforma el Estatuto de los Trabajadotes. También en primavera entrará en vigor el otro anteproyecto que regula las empresas de trabajo temporal.El Gobierno asegura que con esas medidas persigue la creación de empleo y corregir el gran defecto del mercado laboral español: es insolidario y hostil con los parados. Pero no ha querido hacer ninguna previsión de cuánto empleo se puede generar con el paquete de medidas ni en particular con el contrato de aprendizaje. El ministro de Trabajo, José Antonio Griñán, se limitó ayer al término del Consejo de Ministros a apuntar que, con el contrato de aprendizaje, "la ambición del Gobierno es que sirva para todos los jóvenes en paro". Ese colectivo está formado por 200.000 ciudadanos con más de 16 años y menos de 25 que no tienen ni la escolaridad obligatoria y un millón más de jóvenes parados y no cualificados.Para los sindicatos, en cambio, la reforma instaura la precariedad en el empleo y condena a la marginalidad a muchos miles de jóvenes. José María Fidalgo, secretario de Acción Institucional de CC OO, cree que esas medidas significan la agresión más dura contra los derechos de los trabajadores que se ha producido durante la etapa democrática. En su opinión, pretender reducir el tratamiento de la crisis económica a contratar y despedir más barato "es sarcástico". Fidalgo añade que las empresas no van a ser más competitivas por ello y que el precio a pagar va a consistir en una merma considerable de las condiciones de vida.
En concreto, los llamados contratos de aprendizaje "instauran una precariedad en el empleo lo que dejará sin futuro de muchos miles de jóvenes a los que se condenará a la marginalidad". Apolinar Rodríguez, secretario de acción sindical de UGT, explicó que las medidas aprobadas ayer dejan todavía más indefensos a los trabajadores, en la contratación, la negociación colectiva y el despido. Explica que en el día de ayer se ha roto un equilibrio social en contra de los trabajadores y a favor de las empresas.
Tanto UGT como CC OO albergan todavía un débil esperanza de que el Gobierno reaccione y reconsidere estas medidas, antes de la huelga general de enero. "El Gobierno tiene todavía en sus manos la posibilidad de negociar una flexibilización laboral equilibrada; otra cosa es que la dilapide", afirma Rodríguez.En otro frente, la última oportunidad es la tramitación parlamentaria de los dos anteproyectos de ley. Los sindicatos hablarán para ello con los grupos del Congreso con el fin de conseguir que se abran fisuras en la mayoría que apoya al Gobierno. Fidalgo únicamente da por seguro el rechazo de Izquierda Unida (IU), mientras que Apolinar Rodríguez confía en que "se remuevan las conciencias de los diputados del PSOE".
Por su parte, la patronal CEOE señaló ayer en un comunicado que la reforma es "tardía e incompleta", aunque significa "el punto de partida de un amplio proceso sobre el cual habrá que profundizar en los próximos meses, si queremos avanzar en la superación de la difícil coyuntura de desempleo".
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